Y pa’l calor de verano…un delicioso helado.

De: Diana López / revistaelite_slp@hotmail.com / diana_peke20@hotmail.com

 

¡Bon ice! ¡Los Bon ice!

Quién haya vivido o paseado por San Luis Potosí, sabrá reconocer (hasta con la tonadita) a las personas dedicadas día con día a recorrer, calles, cruceros y escuelas en diversos puntos de la ciudad para degustar de un delicioso “boli” en cualquiera de sus sabores.

Y es que con estas temperaturas no es para menos. Si bien hemos gozado de días nublados y hasta lluviosos, los calores no dejan de afectar la vida cotidiana de los potosinos, quienes buscan mantenerse hidratados y frescos en todo momento.

Podría decirse que el agua es el elemento más  importante para refrescarse en estos días de calor; sin embargo, siempre hace falta sentir ese saborcito dulzón frío que acompaña muchas de esas tardes de pase por las bellas calles de nuestro San Luis. Las nieves se han vuelto parte relevante de las temporadas de verano.

(-Me da un helado en cono de sabor chocolate por favor).

¿Alguien sabe cuál es la historia de las nieves?

Como la mayoría de las cosas, nace en China, donde el Rey Tang de Shang, tenía un método para crear mezclas de hielo con leche; posteriormente, y gracias a los viajes hacia oriente de Marco Polo, traslada a Europa varias recetas de postres helados usados en Asia.

¿Y en México?

-Ah, según algunos manuscritos encontrados de la cultura Teotihuacana, revelan que dentro de los manjares preparados en honor a los dioses de la cosecha, preparaban un tipo de nieve hecha a base de agua, leche, mieles y frutos de la época, añadiéndole capulín, cacao o mamey. Todo eso, acarreado desde el Popocatepétl, y con una preparación que sigue perdurando hasta el día de hoy.

¿Pues cómo la preparan?

Hacer nieve es un arte. En tinajas de madera, se introducen los botes de aluminio con la mezcla de fruta, agua y azúcar. Entre estos dos botes, debe de haber una gran cantidad de hielo y sal. Una vez todo esto, se gira y gira por más de una hora, para que la mezcla adquiera su punto de nieve. Trabajo nada fácil.

El gusto por la nieve entre  las personas, perdura por años y años; como olvidar y evitar no mencionar los tradicionales carritos de paletas y nieves, que anuncian con sus campanitas la llegada de aquella deliciosa mezcla. Algunos, demasiado limitados en sabores, y sólo llevando los más tradicionales y los más pedidos: de limón, fresa, chocolate y galleta, sin dejar de lado las de pistache.

¡Muchos sabores!

Uno de los lugares donde todos los sabores posibles de nieve cobran vida es Dolores Hidalgo, Guanajuato. Por lo menos, una decena de puestos espera siempre alrededor de la Plaza principal; esa, ubicada justo en frente de la Iglesia donde Don Miguel Hidalgo dio el grito de Independencia. Gente del lugar y turistas se dan cita en el sitio para probar desde los más comunes, hasta los más extraños sabores, como tequila, pétalos de rosa, elote y queso.

En San Luis, una de las neverías más viejas es la que se encuentra en el Jardín Colón, a la entrada de la Calzada de Zaragoza, “nieves Don Cruz”. Sitio con una larga trayectoria en la preparación de nieves.

Pero esas…son otras historias.

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