El grato recuerdo de tu erótico paisaje
Me transporta por tu cuerpo en un fantástico viaje
Suavemente me deslizo en tu ondulada cabellera
Que cual cascada fresca acaricia tu espalda
Y me lleva a un lago que tranquilo observa.
A tus glúteos siameses que celosos vigilan
Deseado tesoro en tierra escondida,
Tierra misteriosa, tierra prometida jamás explorada jamás invadida
Tesoro que adorna tu cuerpo de diva.
Tus torneadas piernas forman cordilleras
Contentas se unen donde tus caderas.
Sigo con mi viaje el corazón me guía
Y miro extasiado tus ojos de niña
Como dos luceros que en la noche brillan
Como grandes soles que alegran mi día.
Que si están abiertos, está abierto el cielo
Que si están cerrados, es virgen dormida.
Poco más abajo en forma expandida
Diminutas cuevas de nariz tan linda
Exhalan vapores de pasión sentida.
Tus labios tan frescos, pétalos de rosa
Llenarles de besos y morder provocan
Destellos brillantes de entreabierta boca
Son perlas preciosas que tu lengua moja.
Caigo hasta tus pechos que se me imaginan
Cúpulas de templo que hacia el cielo miran.
Entre ellos paso y por las playas de tu vientre
Llego hasta tu isla donde me refugio y nutro en seguida
De esas ricas mieles manantial de vida
Fuente inagotable que no se termina
Veo tu rostro hermoso, de rosa encendida
Que a tu cuerpo entero todito ilumina
¡Tu cuerpo de diosa! ¡Tu cuerpo de ninfa!
¡Cuerpo de mujer! ¡De mujer divina!
Por Efrén Gil Vázquez 2000