Todo aquel que ha nacido de Dios

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Es aquella persona que permanece en la vida divina. Anda, vive y es.

Es un creyente con un espíritu regenerado, el cual nació del Espíritu de Dios al haber experimentado el nacimiento divino que le impide cometer pecado.

¿Qué es  pecado?

Todo delito.

Todo lo que no es justo ni recto.

Por lo tanto un creyente regenerado se guarda de vivir el pecado y el maligno no lo toca, principalmente  su espíritu regenerado como salvaguarda.

“Permanecer en el Señor” es para el creyente en Cristo, una ley de vida; porque es adherido a la vid para absorber a Cristo como su substancia de vida: agua, luz y aire, al Padre, como la fuente de nutrientes y al Espíritu como la fuente de riego y refrigerio. Todo esto, gracias  al Señor que descendió del cielo al Espíritu, para que el hombre pueda tomar el corazón de Dios como su corazón.

Gastándose y derramándose a si mismo, permitiendo que penetre en su oreja la lezna que abrirá sus oídos para escucharle que debe ayudar a los débiles para que su muerte sea absorbida.

Ésta es la ley de vida, la cual tiene que ver con permanecer en el Señor.

Así como los pámpanos permanecen en la vid a fin de absorber el suministro de vida, su sabia; así para su crecimiento y dar fruto de una manera espontánea en conformidad con esta ley.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos, el que permanece en Mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí, nada podéis hacer. Juan 15:5

Biografía: Santa Biblia Versión Recobro

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