Cuando uno sueña las palabras del corazón… esas que están inscritas con tinta indeleble deben ser sacadas del interior con luz propia, no con los complejos del alma sino con la libertad del espíritu.
Éstas que son removidas de las profundidades y se vuelven alegría porque se renuevan cada día, esas que dejaron de envejecer, que son retoños, esas que son limpias sin escombro, esas que te alivian y cubren la piel.
Esas que son sólo para mí revelaciones oportunas que no tienen sol ni tinieblas. sino la iluminación perfecta que se ve con la claridad de tus ojos cuando no hay confusión, cuando son inherentes, propias a tu ser.
Palabras que no se expresan con la voz de los que hablan, de los que quieren ser escuchados, reconocidos y apreciados sino de los que callan y observan, de los sobrios que tienen oído y oyen, de los que ejercitan su vista y no juzgan sino entienden.
Palabras que fluyen y que sólo las leemos los sublimes de las letras.
Palabras que vienen de adentro y brotan sin reproches, palabras que vibran como tambores en las guerras, palabras sin falsedades y entonaciones que te sitúan en un contexto, lugar y tiempo.
Palabras con sentido que te cimbran, con rumbo y objetivo. Esas que vislumbro desde el sueño que me despertó para escribirlas.
Palabras en plenitud formadas a una sola voz… efímeras no, sino tan sentidas que conllevan luz. apreciadas por tan sencillas, veraces y oportunas como cuando el sol calienta o la lluvia refresca.
Palabras simples palabras.
Por Orquídea Cruz Coria