Sobre el enamorarse y el amor de la adolescencia

Carta a mi hija Belén Guadalupe.

Acabo de llegar a casa, caminando como muchas noches, en soledad. Me esperan como siempre Bruno y la China, mascotas fieles e incondicionales. En el camino venía pensándote y decidí al llegar a casa, escribirte esta carta. Escribí por tres motivos:

– por lo que hablamos el domingo respecto a tus primeras lágrimas por desamor

– por tu condición de mujer

– por ser parte de mi existencia.

Nunca creí que llegaría el día de comunicarme con mi hija de esta manera, escribiendo. Gracias por inspirarme. Voy a reflexionar contigo sobre algunas cosas, espero no caer pesado. Quizás si me dejas que te escriba sobre el enamoramiento y el amor, sobre las personas celosas, sobre la falsa creencia del amor eterno y finalmente me encantaría escribirte sobre el desengaño.

Empecemos por el enamoramiento. Desde ya te digo que leí en algún texto lo siguiente: enamoramiento no es lo mismo que el amor. El viernes una alumna, mientras finalizaba la clase, me preguntó lo siguiente ¿Profesor, Ud., cree en el amor a primera vista? Cuando le iba a responder, de inmediato comenzó a contarme que hace unos días había conocido a alguien, que lo vio dos o tres veces y sentía que estaba enamorada de él. Y que estaba preguntando entre sus amigos/as para ver qué pensaban y que las respuestas estaban divididas. Muchos decían que sí y muchos decían que no. Le dije, que yo creía que el amor a primera vista existe, pero 5 años después. Se rió y me pidió que le aclare lo que le dije.

Le conté lo siguiente. Un amigo mío se encuentra tomando una cerveza en un bar, de pronto ingresa una mujer al bar, de una belleza espectacular, moviendo de manera armónica todo su cuerpo al caminar. Mi amigo quedó mudo al verla entrar y sentarse en una mesa. Comenzó a darle vuelta en la cabeza, la idea de acercarse, hablarle, quizás obtener su número de teléfono y lograr una cita. Lo logró, venciendo miedos, nervios y así nació una relación. Pues bien, si esa relación de noviazgo perdura, él le dirá -dentro de cinco años después – que se enamoró el primer día que la vio entrar al bar. Y es verdad.

Pero supongamos que esa bella mujer, en ese primer acercamiento de mi amigo, le respondía que está esperando a su esposo, que es patovika, cinturón negro de TaeKwondo y que si lo ve con él, este esposo no dudará en darle una terrible paliza. Y seguro que mi amigo (pelado y flacucho) que valora su integridad física, no dudará en salir corriendo. Y dentro de 5 años ni se acordará de ella y en ambas situaciones, comenzó de la misma manera: entro esa belleza y lo dejó mudo a mi amigo. Dos situaciones con finales distintos, que si miramos hacia atrás, tienen igual punto de partida.

Con esto quiero significar que el amor es un sentimiento cuyo inicio se reconoce mirando hacia atrás e iluminando el pasado con la luz del presente. Así, hija mía, el amor deja de ser un punto de partida, para transformarse en un punto de llegada, que se construye con el tiempo, en un tiempo compartido, con altibajos, alegrías y decepciones.

Pero ¿donde entra el enamoramiento? Palabra que yo significo como: en-amor-miento, si miento y me miento. ¡Sí!, el enamoramiento es un estado personal que genera ilusiones. Y quizás sea el primer escalón en la escalera que nos lleva al amor. Nos ilusionamos con la relación que empezamos.

¿Qué es una ilusión? En un libro leí que se trata de un trastorno de la percepción, es decir que tenemos una forma distorsionada de percibir el “afuera”. Como cuando en noches oscuras, vemos un perchero con un sobretodo y sombrero, y creemos que vemos una persona con un abrigo largo. Ahí se produjo una ilusión. A veces se confunde con la alucinación. La diferencia es que en la alucinación no hay perchero y vemos igual una persona, allí donde no hay nada.

¿Qué tiene que ver esto con el enamoramiento? Y es que puede pasar que a veces percibamos a los novios o novias como realmente no son y que veamos en ellos/ellas virtudes que realmente no tienen. Para las chicas se trata del príncipe azul, aunque para muchas de sus amigas o familiares, no llega ni a celeste. ¿A qué se debe que nos inventemos un ser magnífico? Freud, neurólogo famoso, creador del psicoanálisis compara el enamoramiento con la hipnosis, donde el hipnotizado queda a merced del hipnotizador, entregado/a. Quien ama, ha perdido su voluntad y acata la voluntad del otro y no se da cuenta. Solo quiere cumplir la voluntad del hipnotizador, quedando indefenso/a, vulnerable. Hasta que se da cuenta.

Con el tiempo nos vamos dando cuenta, que el amado tiene cosas que no nos gustan, que no es el ser perfecto que creímos, que no es el que pensamos, nos desilusionamos, nos decepcionamos. Y nos enojamos, porque nos damos cuenta que no es un príncipe ni princesa, sino un ser humano. Los juzgamos con crueldad, así como antes valorabamos sus virtudes ahora resaltamos sus defectos. Desde lo emocional, aparece un sentimiento de enojo, de abandonar la relación (a veces pasa y es lo más saludable que puede suceder) porque renunciamos a esa ilusión, que se transformó en desilusión. No existe ese otro/a tan maravilloso/a que nos complete, que nos llene.

En la construcción del amor hija mía, transitamos caminos de conocimiento, de aquello que nos gusta y aquello que no nos gusta, todo en un solo paquete. El amor es otra cosa, es una construcción que lleva su tiempo, no hay que apurarse. No te pido que te detengas o te hundas frente a la desilusión amorosa, tampoco que sigas corriendo en el aprendizaje del amor. La diferencia entre correr y caminar no es la velocidad, aunque lo primero que se nos ocurra sea esa idea. Porque se puede caminar rápido o correr lento, ¿no? Cuando camines verás que siempre uno de tus pies está en contacto con el suelo. Cuando corras, habrá un instante en el que ambos pies se encuentran en el aire y el riesgo de caer es mayor.

Hija, te imagino caminando siempre, hacia adelante, con la frente alta, respirando profundo y ensanchando el pecho, orgullosa de ser quien eres, UNA MUJER EN CONSTRUCCION.

AMADA HIJA, FELIZ DIA DE LA MUJER!

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Jujuy-Argentina 8 de Marzo 2016, el Papá.

 

Textos de referencia

– Bucay, J. (1986) Cartas Para Claudia, Buenos Aires, Ed. Pomaire

– Rolón, G. (2012) Encuentros. El lado B del amor, Buenos Aires, Ed. Planeta.

2 comentarios en “Sobre el enamorarse y el amor de la adolescencia

  1. Muy hermosas palabras y más aún siendo palabras sinceras de un padre a su hija..
    Siempre aprendiendo de usted ya me veo en unos años con mi hija.
    Muchas gracias por compartir.

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