Resistencia y Perseverancia.

 De: Movimiento Cívico Democrático AC. / Ramón Mendoza Zaragoza.

Para: Revista Elite /revistaelite_slp@hotmail.com 

jueves, 12 de Julio de 2012 / 16:32

Cuando una persona, organización o pueblo se proponen desarrollar un proyecto alternativo para promover la libertad, la democracia y la justicia, lo más común es que se encuentren con grandes dificultades, críticas, obstáculos y hasta persecuciones. Y en algunos casos hasta la muerte.

La oposición a los grandes proyectos liberadores proviene generalmente de parte de grupos de poder económico y político que le han apostado a mantener la situación social injusta intacta, porque ello significa la protección de sus privilegios.

Sin embargo, los problemas generados por la lucha emprendida, se hacen más difíciles y dolorosos cuando las críticas desalentadoras surgen de miembros de la propia familia o del equipo de trabajo que en el principio vio con buenos ojos y apoyó con grandes esperanzas el nuevo proyecto.

Cuando en nuestro compromiso social estamos convencidos de que el proyecto que emprendemos generará vida, justicia y paz para quienes son despojados de esos derechos universales, entonces debemos pensar y actuar con una gran dosis de resistencia y de perseverancia, apoyados en la certeza de que muchos otros proyectos han tenido éxito porque sus emprendedores mantuvieron viva la confianza, la esperanza y el amor que les motivó, desde el inicio de la lucha, a estar dispuestos a dar su tiempo, los recursos y hasta la vida misma por alcanzar el disfrute de todos los derechos humanos para todas y todos.

A través de la historia, en todos los países del mundo, siempre ha habido personas, grupos y pueblos que han creído en que es posible crear una humanidad nueva. Y en buena parte de su existencia y de su lucha han tenido que actuar en medio del conflicto en su compromiso por condiciones de justicia, libertad y vida plenas. Tenemos el caso de Gandhi, por ejemplo, por citar a uno de los más destacados luchadores.

Pero en cada campo de la vida, en el ámbito de la lucha por la democracia, los derechos humanos, la ecología, los medios  alternativos de difusión y comunicación, el diseño y la construcción de una economía justa y la lucha por una política y democracia con ética, etc., en todos los campos de la vida social han existido notables esfuerzos en contra la injusticia, la guerra, la corrupción, la exclusión y la mentira, y en favor de la vida, la cultura, la libertad y la paz dignas.

Las luchas históricas nos muestran la importancia de resistir y perseverar en los esfuerzos emprendidos. Se trata de luchar con una mística de perseverancia y no violencia, con un espíritu de resistencia, con un impulso indeclinable de esperanza.

Porque, o apostamos la vida diaria en favor de un mundo justo, solidario, ciudadano, participativo e incluyente, o bien nos acomodamos en las filas de los poderosos, de los resignados y de los traidores. ¿En qué lugar estás tú? ¿Cuál es tu opción verdadera?

Quienes con una actitud pasiva y conformista han decidido no hacer nada, en realidad se están ubicando del lado de la opresión y de la violencia, es decir, del mantenimiento de sistema de cosas tal como está. Con su actitud están fortaleciendo el dominio, la corrupción, la injusticia y la mentira; al no hacer nada están apoyando el empobrecimiento y la exclusión de multitudes de personas que reclaman condiciones de vida digna, paz y justicia.

En cambio, quienes se enlistan en las causas legítimas de los oprimidos, los excluidos y las víctimas, están dando un auténtico sentido  su  existencia. En este proceso de cambio y construcción de alternativas por la vida, libertad y justicia, las actitudes necesarias del camino son la resistencia y la perseverancia.

 

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