Para: Periódico el Heraldo de San Luis. /Publicado: Domingo 18-03-2012 / Sección “Gente” de Orquídea Cruz Coria.
Verdad, existencia de una cosa, sin duda alguna.
En el universo existen muchos problemas, el hombre no los puede ver por su corta visión, sólo ve los problemas relacionados con él mismo y hasta cierto límite porque vive justificándose.
La realidad es que todo lo que hay en el universo se ha envejecido, se ha corrompido. Cuando un árbol comienza a secarse le empieza a faltar vida.
En el universo están los problemas del enemigo de Dios, el mundo, el pecado y en el hombre con su propio pecado, su carne. y su vida natural. Los cielos y la tierra se han envejecido, corrompido, arruinado y están en muerte. Esto incluye el todo: Los cielos y la tierra.
Sólo hay una realidad, una única substancia, Cristo como experiencia hecho real en el hombre: la porción, el alimento, el nutrimento, la frescura, el rocío, la vida.
“Vestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo ni libre, sino que Cristo es todo y en todos”.
Cristo debe ser nuestro linaje y nuestra nacionalidad para evitar todas las divisiones. Para el nuevo hombre como tal, no hay lugar para la religión ni para la cultura, por más refinada que esta sea, motivos de división.
Si todos los creyentes supiéramos que el centro de la economía de Dios es Cristo, desaparecían todas la divisiones ya que se estaría perfectamente unido en un mismo sentir y en un mismo parecer. A pesar de esto, existe un anticipo de esta vida en toda la tierra desde hace 2000 años, Aquellos quienes han recobrado las verdades bíblicas y las han asido para sí. Aquellos que han visto y oído lo que se proclama porque su comunión es con el Padre y con Su Hijo Jesucristo.
¡Algo maravilloso!, una comunión que incluye la unídad entre los creyentes y el Dios triuno, quien es disfrutable, deleitable, maravilloso, universal y mutuo. En esta comunión intervienen, la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu. Un sólo espíritu (humano) con el Espíritu (del Dios Triuno).
No es tan difícil de comprender cuando se esta abierto a recibir el poder, la sabiduría, la justicia, la santificación y la redención de Cristo ya que Él mismo, se instala como el Espíritu vivificante para vivirle: Como alimento que nutre, como bebida que fluye, como aire que se respira.
“Para que ya no seamos niños sacudidos por las olas y zarandeados por todo viento de enseñanza en las artimañas de los hombres en astucia con miras a un sistema de error”. Efesios 4:14
Doctrinas, conceptos y opiniones fueron enviadas por el enemigo de Dios para seducir a los hombres a fin de desviarlos del centro, que es Cristo. Engaños instigados en su sutileza para desviar a los hombres del propósito eterno de Dios. Ahí donde hay corrupción, engaños, artimañas, Ahí donde están las enseñanzas divisivas, ahí donde la competencia aclama para envanecerse en sus razonamientos.
Hombres que caminan sin Dios, en la vanidad de sus mentes, siendo controlados y dirigidos por sus pensamientos caídos, careciendo de realidad porque son entenebrecidos, alejados, esperados. Su ignorancia lo hace renuentes por la dureza de su corazón, fuente de oscuridad. Hoy tal condición los hace incapaces de tocar las vida de Dios, a menos que se arrepientan.
“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad uno con su prójimo porque somos miembros los unos de los otros”
El viejo hombre exteriormente fue creado conforme a la imagen de Dios, pero sin la vida y naturaleza de Dios; mientras que el nuevo hombre, interiormente, fue creado conforme a Dios a la imagen de Dios mismo y con la vida y naturaleza de Dios.