Por Joel De Alba Márquez
De esos días en que cierras los ojos y te das cuenta que lo que ayer dolió, hoy ya no importa.
Qué es hora de volver a unir las piezas de la armadura e ir colocando cada pieza poco a poco, sin que quede una suelta, que no se asome ni el talón de Aquiles, ni algún punto flaco donde pueda haber una herida de gravedad.
Es tiempo de avanzar, caminar sin ver atrás, de ir a paso lento y con la espada siempre lista, hay batallas que se pierden porque se erró la estrategia, pudo ser dolorosa la herida, pero siempre de frente, sin agachar la mirada.
Caballero andante, hoy avanza, grita, llora. Cuando más oscura es la noche, es porque se aproxima el amanecer. Sí ayer fue nublado, el sol del siguiente día calentará tu caminar.