Toda aquella persona que obra para Dios, aún ora pero con sus propias fuerzas mas sin el Espíritu, por lo tanto tiene sólo la intención dentro de sí el cual nada tiene que ver con Dios porque está fuera de Su cobertura al no cernirse sobre él.
El cristianismo así se degradó cuando resolvió asuntos que al hombre le convenían pero no a Dios, convirtiendo la obra en religión.
Todos los seres humanos somos hechos vasijas de barro para contener a Dios, pero unos le contienen para honra y otros para deshonra.
El verdadero Cuerpo de Cristo (creyentes) se halla en la comunión del Espíritu, el cual se encuentra en la unidad. En ésta no hay división ni opinión, mucho menos democracia, porque el único guía y pastor es Cristo mismo.
Por lo tanto toda decisión debe provenir del Espíritu para que sea benéfico para el Cuerpo y no cauce división, llevándolos posteriormente a lamentarse al ser sacudidos en el tiempo de pruebas, aflicciones y persecución que den como resultado, desolación y vacío.
Toda la Biblia es la historia de Dios con Su pueblo escogido y redimido, las experiencias en el antiguo testamento en la que obedecían la voz de Dios y en el nuevo testamento, cuando vino el Espíritu de Dios en Cristo como dirección a Sus creyentes, para seguir escribiendo Su historia hasta la consumación de la éra.
Alzar los ojos y mirar los campos porque están blancos para la siega. Juan 4:35. Esto quiere decir que ya otros labraron y que los creyentes deben valorar esta siembra.
El Espíritu es la esfera y el elemento el cual se puede estar unido como Cuerpo de manera corporativa e indestructible en la comisión de la propagación del evangelio al mundo gentil.
Es el Espíritu quien lleva la delantera, quien hace la obra, quien habla y quien satura al Cuerpo de Cristo y no una clase de movimiento, el cual ha desviado la meta en solo reuniones sociales que aunque sirven, adoran a Dios y tratan de hacer cosas buenas, no activan el Espíritu para vivirle como realidad, sino como doctrina y conocimiento.
Sin embargo, a lo largo de la historia humana como cáscara, ha existido la historia de Dios el cual mora ricamente pasando “Dios por el hombre” a través de Su palabra como la esencia que fluye al edificar Su Iglesia, la cual tiene la naturaleza de Dios con el Espíritu, Su propósito para Su aumento y Su condición que es Su amor, “dando a conocer a todos los hombres lo comprensivos que sois” Filipenses 4:5; como la suma de todas las virtudes, y el incrédulo pueda ser convencido y sacado de la cárcel del yo, el cáncer de la introspección, que hoy en día se propaga como meditación.
Bibliografía: Santa Biblia Versión Recobro
Adelina Méndez
Victor Mamani
