El mover de Dios en el hombre.
Dios se humanó en la tierra por medio de Cristo y lo hizo apto para ser el Salvador-hombre. Su crucifixión pone fin a todas las cosas negativas y libera la vida divina de Su interior a nosotros. Vence la muerte al entrar en Resurrección produciendo la divinidad en la humanidad.
Después en Su Ascención todo lo trasciende.
Su experiencia es nuestra historia al ser transformados en nuestra mente, parte emotiva y voluntad con la vida divina; para tener Su gloriosa semejanza, algo que se perdió en la caída del hombre pero que ahora somos la nueva creación de Dios.
No basta la rectitud y la integridad como virtudes humanas, sino una humanidad apropiada en la cual cambiemos nuestros malos hábitos para tener el carácter de Dios. Muchos se aferran a sus conceptos, conocimiento, costumbres, cultura, tradiciones porque se sienten cómodos en ellas, pero… entrar a la gloria divina es entrar en la multiforme sabiduría de Dios.
¿De qué nos salva el Señor?
De la esclavitud, del pecado y de la muerte.