La sabiduría difiere de la sagacidad de este mundo, por ello esta no corresponde a este siglo.
La sabiduría de Dios es nuestro destino.
Hay que verla para disfrutarla como el único y sabio Dios.”Más para los llamados, así judíos como griegos…”. Nos constituye personas sabias porque hay una transmisión de Cristo como sabiduría de parte de Dios a Sus creyentes con Su elemento divino.
La sabiduría habita con la prudencia, y halla conocimiento y discreción.
La sabiduría ama a los que la aman, y los que con diligencia la buscan, la hallarán.
La sabiduría anda por el camino de justicia, por en medio de las sendas de la equidad, para hacer que los que la aman hereden bienes… suyo es el poder.
¡Ohhh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento DE DIOS…!
La sabiduría se haya en nuestro espíritu y el conocimiento en nuestra mente… Si no sabe cómo entrar en su espíritu, aunque tenga mucho conocimiento no tendrá sabiduría.
Muchos que sólo ven el exterior aman la naturaleza porque en ella ven la creación como perfección y creen, que hay un arquitecto y degradan su nombre a un oficio o a una profesión. Lo que no saben que ese originador de todo también es en todos, y tiene una expresión visible en la tierra lo cual es Cristo. Sin Él, el Dios invisible no se hace visible en el interior de las personas y no hay reconciliación del hombre con Dios.
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría y el conocimiento del santo es el entendimiento Pr. 9:12