“Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia”.
Santa Biblia Versión Recobro, Filipenses 1:21 Nota 1… Así como Pablo.
Lo vivo no como ley (obligada) ni como religión (por conveniencia), sino le experimento como mi máximo disfrute y le magnifico siempre, sin importar cuáles sean mis circunstancias Él es, el resultado de mis vivencias subjetivas.
Dios, es Dios en sí mismo y la mayoría de mujeres y hombres pueden verlo de manera objetiva, como el Dios que está en los cielos con gloria y majestad, como su creador, otros alcanzan a verlo como el soberano Señor, como el que llegó a ser el redentor, como el buen pastor, como el que les amó y cuida, como su amo al que le pertenece y le sirve; pero…
¿Cuántos podemos conocerle y sentirle en nuestro interior como nuestro Padre, como el Espíritu Vivificante que entra a nosotros como el aire, como nuestra vida y luz, como nuestro aliento, el agua viva y nuestro alimento?
Cuando tenemos comunión y Él nos habla, y anda con nosotros, nos abastece, sostiene y nos consuela todo el tiempo
O cuando estamos vacíos, Él nos llena suficientemente, tanto que nos satisface hasta sentirnos gozosos, plenos y felices.
Este es el Dios vivo que se mezcla en mí ser al creer en Su Hijo Jesucristo y se hace un sólo espíritu conmigo. Cuando invoco Su nombre Él viene y me responde, se hace garante porque no me avergüenza nombrarle.
En contraste, el mundo entero es un sistema (mundial) constituido del enemigo de Dios, es el cosmos que en griego significa mundo y que se compone de muchas eras. Cada era tiene su propia “moda”, por tanto ser modernizado, es ser amoldado, conformado al presente siglo.
El mundo se opone a Dios y las personas han sido poseídas por la era moderna; y para no ser como ellas debemos ser transformados en Cristo.
¿Cómo? Su elemento orgánico se forja en nuestro ser produciendo un cambio metabólico. Él se extiende desde nuestro espíritu a nuestra mente y experimentamos la transformación de nuestra alma llenándonos de la verdad.
Hay personas que no saben lo que es la verdad; algunas bajan el “estándar” de la verdad cuando se equivocan y luego la suben cuando se sienten que están en lo correcto. Son como “ascensores”. La razón por la que la mujer y el hombre sacrifica la verdad y la obliga a ceder, es porque en la actualidad hay mucha oscuridad.
Mantener la verdad aún cuando estemos equivocados es tener el valor de afirmar que aún el Señor haya hecho tal o cual cosa, reconozca yo, que estoy equivocada, entonces recibiré más luz y se me abrirá un nuevo camino.
Alétheia también denota la autenticidad, la veracidad, la sinceridad, la honestidad, la confiabilidad y la fidelidad de Dios como virtud divina, y del hombre como virtud humana… Como resultado la realidad divina.
“Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y con veracidad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es necesario que adoren”.
Juan 4:23 y 24
El producto o resultado de mi premisa es que si Dios vive como realidad en mí, entonces yo le expreso a Él, con Su vida y Su naturaleza al estar en el espíritu. Somos Su reproducción!!! Una nueva entidad corporativa más no individual; algo que el sistema mundial insta para que nos desarrollemos separados.
No limitamos la verdad que nos ha dado Dios.
A nuestra mente o noción que incompletas son.
Himno 817 publicado por Leaving, Stream Ministry.
Aleluya, gracias Señor que al experimentarte como mi verdad, llegas a ser mi realidad
Amén…