«Marco Lara Klahr nos muestra cómo es posible el tránsito de una relación improvisada, repleta de filtraciones, anécdotas y lenguaje amarillo, mediante la institucionalización de procesos y la estructuración de mensajes que reflejen la función de las policías en una democracia», apunta José Antonio Caballero Juárez, investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
Policía y medios. Manual de policía para la comunicación institucional y la relación con los periodistas en el nuevo sistema penal acusatorio es el nuevo libro de Marco Lara Klahr [USAID, 2014], un referente imprescindible si se quiere implicar a policías y periodistas en la problematización, el debate y la profesionalización de su dinámica de interacción, y revisar y replantear prácticas de ilegalidad que con el tiempo han normalizado.
El volumen abre con una Presentación del prestigiado periodista estadounidense Stephen Handelman, director del Center on Media, Crime and Justice ―John Jay College of Criminal Justice― de Nueva York.
Partiendo de «Un vistazo a la reforma penal en México», Lara Klahr incita a policías y comunicadores a dejar de lado la maniquea visión de justicia como una «típica historia de policías y ladrones» e interiorizar la transición que vive hoy el sistema de justicia penal en México, de un modelo inquisitivo a uno acusatorio que busca equilibrar derechos de las personas víctimas e imputadas de delito.
Enseguida detalla los derechos de ambas partes en un conflicto penal y las etapas en el proceso judicial dentro del nuevo modelo acusatorio, para llegar a uno de los capítulos clave del Manual, «Seguridad y justicia versus ‘tribunales mediáticos’», y la forma en que los juicios mediáticos ─en los que participan policías y periodistas─ «constituyen la violación de garantías judiciales y derechos de personalidad del ciudadano detenido o imputado de delito», «contribuyen al desprestigio del sistema judicial» y al final «atemorizan o divierten a la ciudadanía, pero no le permiten informarse de forma veraz».
El Manual incluye además los aspectos generales que una plataforma de comunicación policial integral debería considerar, desde principios de referencia como legalidad, derechos humanos, transparencia y una deontología comunicacional, hasta la definición de interlocutores prioritarios, las áreas y personas intervinientes, y la ingeniería de procesos editoriales del área de comunicación institucional.
El último capítulo son once pautas para el agente de policía en su interacción con los periodistas con las cuales se busca «liquidar paulatinamente los perniciosos tribunales mediáticos», «contribuir en la construcción de cimientos para una relación institucionalizada, profesional, transparente y ética de la policía con los periodistas» y reducir las obvias tensiones entre ambos actores sociales. |