Por Marcela Siller
En el marco del VII Coloquio de patrimonio Industrial que se encuentra en diversas sedes en la ciudad de San Luis Potosí, el día de mañana, 23 de octubre, la rescatista de historias y escritora Marcela Siller, presentará en punto de las 17:30 horas su charla “Peripecias de Don Toño en la planta ASARCO de San Luis Potosí”. Se recomienda llegar 15 minutos antes, puesto que la charla empezará de manera puntual. La cita es en el Museo de Ciencias y Artes del Laberinto, en el Parque Tangamanga.
La Compañía Metalúrgica Mexicana llegó a San Luis en 1890. Tuvo problemas durante la Revolución (1910-1921) y en 1923 la planta se vendió a la American Smelting and Refining Company (ASARCO).
Durante la primera mitad del siglo XX la Fundición marcó una época con el inicio de la era industrial potosina. El desarrollo industrial constante hizo que la entidad fuera reconocida a nivel nacional, reconocimiento que actualmente posee. El presente estudio describe un día de trabajo habitual: la convivencia y peripecias de los trabajadores eventuales de 11 días, la manera de conseguir trabajo, la fabricación primitiva y casera de ciertos accesorios para la protección industrial, así como la manera en que se hacían los trabajos manuales como cargar las carretillas con pala, manejar mecánicamente los tractores, vaciar la escoria desde una góndola con manivela o atizarle al horno, entre otras actividades cotidianas.
Por otro lado, se descubre que el contacto indirecto con los ingenieros americanos hizo que los trabajadores sintieran que aprendían inglés. Muestra de ello son las palabras comunes que adoptaron como: “oquei” (ok), “conbello” (conveyor), “lonche” (lunch), “mister”, y hasta le nombraban “Margot” a la dueña de una de las pulquerías que existían en la colonia.
El proyecto se desarrolla como parte del rescate a la tradición oral teniendo como herramienta las entrevistas realizadas a los obreros de la planta que laboraron entre 1946 y 1950: los Sres. Don Antonio Navarro Palomo, Don Vicente Guerrero y Don Juan Manuel Segovia Medina.
Durante el período de estudio la planta ocupaba entre 2,000 y 2,500 obreros que se hacían llamar “mineros”. Se categorizaban como eventuales de 11 días, eventuales por varios meses, extras de planta y de planta.
El rescate a la tradición oral de esta narración nos permite reconstruir la idiosincrasia de la clase obrera de la época y sus preferencias por este trabajo.
“Soy Rescatista de Historias, sin formación profesional. Entrevisto a personas mayores quienes me platican experiencias de su niñez y juventud para desarrollar la idea. Mi único objetivo es dejar testimonio sobre la vida cotidiana (en especial la vida y cultura obrera) en San Luis Potosí. Presenté un libro: “Anécdotas al Rescate” en 2011. Tengo varias publicaciones en periódicos locales, así como en revistas y libros de instituciones privadas y universidades”.