Para que el mundo crea

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Para que todos sean uno: como Tú, estás en Mí y Yo en Tí, que también ellos estén en nosotros; para que el mundo crea que Tu me enviaste. La gloria que me diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno. Yo en ellos, y Tu en mí, para que sean perfeccionados en unidad. Juan 17:21-23

Es impresionante ver  la revelación de este versículo en el que el Señor Jesús es nuestro modelo a seguir.

Su obediencia al Padre fue auténtica, limpia y sin duda, lo que en nuestra humanidad sería un caso fortuito, pero que en Cristo simplemente es.

Actuar, andar, obrar y vivir en Cristo nos cubre y nos capacita a tener Su posición de hermanos.

Todas las actividades que Él llevó a cabo en Su vida diaria fueron limitadas por el Padre porque siempre comprendió que estaba en el Padre y era así mismo cubierto en Él.

Este es un Cristo vencedor debido a que no estuvo dispuesto a recibir la exaltación que le hacía la multitud. Él se hizo un grano de trigo que cae en tierra y muere para producir mucho fruto.

Muchos hemos sido adheridos en esta continuación histórica del libro de los Hechos, Él nos atrajo a Si mismo y nos introdujo en Dios llamándonos hermanos, nos regeneró y liberó la vida divina de Dios en nosotros, logrando la máxima intensión de Dios para ser Su expresión aquí en la tierra.

Sus inconmensurables riquezas nos fueron heredades gracias a que Cristo no se exaltó como lo hizo Satanás y cumplió, con la vida humana venciendo toda tiniebla.

Ahora nosotros podemos disfrutar gozándonos de la gloria que está en nosotros.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de Su Hijo, para que Él sea el Primogénico entre muchos hermanos. Romanos 8:29

En Betania existía una vida de Iglesia maravillosa, era excelente en calidad  pero uy pequeña en cantidad por lo que era necesario que el Señor Jesús muriera para que se multiplicara esta clase de vida.

El Señor Jesús cuando resucitó, empezó a decirle a sus discípulos hermanos, por tanto fueron regenerados y la vida divina fue liberada en ellos, haciéndoles poseedores de la misma vida que Él  Señor tenía. Su Padre y Su Dios les compartió colocándoles en la misma posición de hijos de Dios.

Como granos de trigo que deben ser quebrados porque sólo sirven para ser molidos y compenetrados en la harina fina a fin de hacer un pan el cual representa al Cuerpo de Cristo.

Por tanto, todos los que nacemos de nuevo somos regenerados, (vuelto a generar con los genes de Dios) formando parte de la multiplicación de Cristo y Su reproducción. Una entidad orgánica corporativa.

Muchas personas piensan que la iglesia no es nada más que un grupo que proclama y anuncia a Cristo al mundo. Sin embargo, según las Escrituras, la Iglesia aumenta y propaga a Cristo. La Iglesia es Cristo en la tierra.

Bibliografía: Santa Biblia Versión Recobro

 

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