Pierde los temores
y convierte en mariposas
las serpientes
que después de la tormenta calma habrá.
“Mira mis ojos, tu ya eras mía en otra vida”
Es así como el cantautor mexicano Edgar Oceransky el pasado 27 de Octubre, nos llevo a través de una romántica velada, viajando “De carne y hueso” por tantos “Kilometros”, visualizando “el Faro” hasta llegar “N otra vida” el cual es su más reciente material discográfico.
Nacido en el Distrito Federal, Edgar Oceransky nos hizo vibrar con ese repertorio de casi 20 años de trayectoria. Estar frente a este artísta, se percibe la limpieza y la comunión con el público. Cada canción está llena de sentimientos de amor y desamor “Hay algo tan doloroso,que dejar a alguien cuando la amas…el 90% de mis canciones son deprimentes, el 10% son desgarradoras. La gente llega con sus problemas y se da cuenta, que este loco esta peor y por ende se olvidan”.
Ha viajado a Estados Unidos, México, Guatemala, Nicaragua, Brasil y Colombia a dar conciertos, en una incesante búsqueda por abrirle espacio a la música costarricense en otros países acompañado por el cantautor costarricense Bernardo Quezada en el piano y la voz quien ha trabajado con muchos cantautores del área como Alvaro Aguilar (Alux Nahual, Guatemala), Edgar Oceransky (México) y Perrozompopo de Nicaragua.
“No fue por vicio, ni por fornicio. Sino para dar conocimiento” explica el cantautor mexicano. Explica cómo se enamoran los hombres y las mujeres. Siendo los primeros visuales y las segunds auditivas; como nos comportamos como hembras y machos y explica “el hombre da rosas por dos situaciones o porque se quiere acostar con ella o porque está arrepentido de haberse acostado con otra”. Expresando en la canción “cuanto te extraño”.
De ahí que pasaría si tuviera una hija a la cual, ya le puso un nombre pero aún no conoce. “He encendido una vela en el altar, para que sepas como llegar… últimamente”.
Siguió la noche y la música. Una historia de amor y “Bendito sea el destino, por ponerte en mi camino. Quien quiere el paraíso”.
Hay días que existen patrios, de lluvia, sol, de todos y para todos pero hay días, que no deben existir sin ti”. Quizá otras veces uno excede sus diversiones y recuerda a su abuelo y las regañizas de la madre a causa de las parrandas y comenta aquella frase de su amigo, cosejero, compañero de juerga…su abuelo “La vida es como una paleta de hielo, se acaba chupes o no chupes” yo me quedo a ver el mar y a recorrer el mundo entero, no me esperen a cenar allá en el cielo. “Que yo me quedo”.
Mientras tanto Bernardo Quezada nos explicaba, como hay veces que la vida se envenena y uno se daña “Hay un fruto Hacky o ceso vegetal, si este crece fuera del árbol es veneno “. “terapia de psicólogo pagada, podría perdonarte corazón, pero no me da la gana”.
Entra nuevamente Edgar Oceransky ya el escenario, interpreta “luna creciente” y llama a un chavo del publico que viene de el norte del país y se da frente a todos una petición de amor y la entrega de un anillo de “compromiso” a su novia que vive en San Luis Potosí, y ahí interpreta “El Faro”.
“No hay que hacer nada por amor, sino con corazón”.
Para cerrar la presentación “con tu partida”, el recuerdo de uno de los grandes de la trova como es Abel Velázquez “El mago” con el tema “Ella lo sabe” y como broche de oro “juro”.