Materia y Energía o las dos



Reflexiones Valiosas:


El universo está compuesto de todo lo que existe o puede existir, o las dos cosas. Así, todo es “materia o energía, o las dos cosas”. Me explico, mire usted: el constitutivo fundamental de la materia, es el átomo que se une con muchos otros en cantidades infinitesimales para formar moléculas, así: trozos de materia como gases, como de sólidos, líquidos y materia en estado coloidal, es decir el gel… Todo, está formado por esos átomos. Ahora bien, una tabla de madera o una lámina de acero inoxidable, una cucharada de manteca, una gota de agua o una barra de litio, un diamante, un diente, una gota de sangre… ¡Todo! Todo lo material está compuesto de cualquier variedad de átomos; fascinante, ¿verdad?

El átomo es prácticamente una esfera sumamente hueca, los protones, neutrones y electrones son tan pequeños que aun juntos dejan mucho espacio entre sí, espacio enorme, debo aclararlo…

Vacío puro porque no hay materia, es absolutamente vacío porque todas las partículas, (aunque ahora me refiero sólo a los electrones, que giran alrededor del núcleo) están generando energía… ¡Y mucha! Tanta energía que de la separación de estos se origina una cantidad enooorme de energía; de ahí es la bomba de atómica, de la fisión de electrones. Con ello, ya se va “imaginando” esa gran cantidad de energía. Pues bien, una célula de un ser vivo, está compuesta de millones de átomos que llevan sus electrones en movimiento.


Recuerde que ingerimos: hierro, calcio, zinc, magnesio, sodio, fósforo, azufre, cloro, aluminio, cromo, potasio, hidrógeno, oxígeno… y muchos más, prácticamente de ¡Toda la tabla periódica!


Entonces, amable lector(a), apenas una tercera parte del universo es materia, mientras lo demás es ¡Energía! Aun cuando no es comprensible a la primera porque estamos acostumbrados “a ver sólo materia” ya que aun en el aire, o sea todo eso que vemos como “vacío” ¡Está lleno de materia! Apenas la cuarta parte del aire que respiramos es Oxígeno, más de dos tercios es Hidrógeno, luego un poco -casi nada- de Nitrógeno y Argón. Todo eso ¡No se ve! Pero está ahí, lo respiramos, nuestra sangre, cada glóbulo, se nutre de ello… ¡es materia y es energía! ¡Ambos! No hay materia sin energía, para que nos quede claro.


Apreciable lector, ya se dio cuenta que todo es energía. Efectivamente, somos más energía que materia y no es nada misterioso ni cosa del más allá, ni paradoja… ¡Es totalmente científico! ¡Todo es Energía! Bien, ahora póngase cómodo. Lo que no es materia es espíritu. Y no se asuste ni frunza el ceño. ¡Somos más espirituales que materiales! De origen, hablando de “constitución de la materia”.


Ahora bien, sea cual fuere la creencia, la energía de lo espiritual ahí está. Espíritu es la fuerza, la energía potencial y cinética, es decir “poder y acción”. Así se mueve el universo, el todo y su cosmos, es decir la belleza de su orden.


Usted se preguntará, ¿Entonces, yo soy un ser espiritual? La respuesta es “Sí”, y tiene un regalo extra: la voluntad y ¿Quién coordina eso? Su cerebro, con información. He ahí lo valioso de la información. Si es basura, tomará decisiones con eso. Si son diamantes, tomará decisiones con eso. Pero… ¿Así, tan sencillo? No, claro que no. El Corazón es determinante. Es el cerebro de la emoción; cuarenta mil neuronas, -por cierto, pocas pero muy efectivas- toman o indican qué decisión tomar. ¡Ahí está la clave! Porque la información en nuestro cerebro y la intuición del corazón, con el ejercicio de la voluntad y los deseos primarios, nos hacen una masa de emoción y conservando el don del libre albedrío, tomamos decisiones. Y de ellas, de cómo es que las tomamos, le platicaré la próxima semana. Mientras tanto, tenga usted una vida de plenitud encaminada al bien. Un abrazzo de su amigo Ulises Franco.. ADN° en acción.

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