La Expropiación Petrolera: ¿ Mito Colosal ?

 

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Por: José Manuel Martínez Guiza

 

El petróleo no es del pueblo de México. Nunca lo ha sido. No es posible bajo un régimen capitalista, donde el poder lo detentan los explotadores, que los trabajadores usufructúen las riquezas de la nación.

Los apologistas de Lázaro Cárdenas predican que cuando su gobierno expropió la industria petrolera entonces sí el petróleo se utilizó en beneficio de obreros y campesinos. Nada más falso.

La expropiación petrolera sólo benefició al gran capital extranjero. Norteamericano, sobre todo. Y a los vende patrias mexicano. Quienes se cobijaron con ropaje de “izquierda” y “socialistas”. Más bien eran fascistas, que era lo que estaba de moda.

Hay un hecho del cual los dictadorzuelos del viejo PRI han hecho mucho alboroto (los mismos que ahora como ex-priístas andan alborotando desde las filas del neo-cardenismo eso sí, peleándose a muerte con los alborotadores del neo fascismo populista y tropical, que también chachalaquean lo mismo pero no revueltos. Los del nuevo PRI de plano se quitaron la careta y pretenden ponerle nombre al niño mas bien anciano ya.). Han pregonado que cuando Cárdenas decretó la expropiación petrolera el pueblo se volcó para contribuir al pago de la indemnización a los rufianes extranjeros. Pura mentira. Miremos lo que Don Jesús Silva Herzog, un fiel y reconocido cardenista, dice: “para recolectar fondos, con el propósito de pagar la deuda petrolera (es decir para indemnizar a los extranjeros expropiados) se organizó un comité en el Palacio de las Bellas Artes, el cual funcionó durante cierto tiempo. Se reunieron apenas algo más de dos millones de pesos, suma meramente simbólica. Muchas personas aportaron lo que pudieron: dinero en sumas pequeñas o de cierta cuantía, joyas y otros objetos de valor. Se publicó entonces que una viejecita del pueblo entregó una gallina, su único patrimonio” (del libro “Una vida en la vida de México”). De la tal entrega de dicha gallina las bocinas y los chupatintas del régimen, de ese entonces (lo que son Televisa y TV Azteca, principalmente), hicieron la gran propaganda. “Para que se viera que el pueblo apoyaba la ‘patriótica’ medida del General Cárdenas”. Goebbels, el ministro de propaganda nazi, se quedó chiquito frente a los embellecedores del cardenismo priísta (hoy ex-priísta).

Como se puede ver, eso de que el pueblo “se volcó a cooperar” con marranos, gallinas y chivas, para pagarle a los extranjeros es puro cuento. Tratan de que las masas se traguen la reaccionaria invención y que éstas piensen que el demagogo de Cárdenas era un gobernante plenamente identificado con los pobres. Un gobernante realmente patriota y popular no les hubiera pagado ni un cinco a los saqueadores de la nación. Tal como lo hizo el gran Lenin y los bolcheviques en 1917 cuando la clase obrera tomó el poder en la Unión Soviética. O como lo hizo el gran patriota chileno Salvador Allende con la industria del cobre. Pero no, Lázaro Cárdenas, al contrario, se plegó a los mandatos del sátrapa yanqui Franklin Delano Roosevelt (criminal imperialista tan venerado por el ex.priísta, ex-perredista y ex-casi-todo, López Obrador; hasta le construyó un monumento en la Ciudad de México), quien sugirió que se compensara a los bandidos justa y prontamente. Y como es sabido, las sugerencias de Washington son órdenes a acatar. Tan sólo a la Sinclair, una de las compañías expropiadas, se le indemnizó con ocho y medio millones de dólares. Y así por el estilo al resto. De que los beneficiados con tal expropiación fueron los extranjeros, sin duda alguna.

Miremos qué más dice Don Jesús Silva Herzog de la susodicha nacionalización: “los oleoductos y las refinerías se hallaban en pésimas condiciones (en vísperas del decreto expropiatorio), pues hacía más de tres años que no se llevaban a cabo reparaciones de importancia”. En otras palabras que lo que se “nacionalizó” fueron fierros viejos. Pura chatarra. Después de la expropiación, el gobierno empezó a vender petróleo a Alemania y a Italia (¡a los fascistas que preparaban la hecatombe mundial!) y al propio imperialismo yanqui. A los capitalistas de Houston, Texas. A la Eastern States Petroleum Co.

Las lecciones que la ciudadanía libre y consciente debe de extraer de las expropiaciones llevadas a cabo por los burgueses en el poder, son que en nada benefician a la clase explotada en su conjunto, que dichas nacionalizaciones bien pueden ser debido a la agudización de la lucha de clases y que en el afán de mellar el filo revolucionario de la clase trabajadora el gobierno estatiza empresas que detentan algunos odiados capitalistas. Para supuestamente “ponerlas al servicio del pueblo”. Más bien para “administrarlas” un rato y luego escriturarlas al imperio.

Hoy, en 2014, el nuevo PRI sin caretas, privatiza lo que antes era, en teoría, “del pueblo mexicano”, aunque más bien solo significa escriturar finalmente en propiedad lo que estaba en arrendamiento a perpetuidad. Hoy, también, los neo-fascistas populistas con cada vez menos capacidad de convocatoria, siguen medrando en el tema, en la protesta supuestamente nacionalista, pero sólo con fines de franquicia partidocrático-electorera. Lo mismo hace la “nueva izquierda” neo cardenista en el PRD (aunque con sutiles matices). El PAN desde luego contentísimo pues sus amos han logrado el gran objetivo: EL PETRÓLEO.

Pero surge la pregunta: ¿Quién dirige la administración de las empresas estatizadas? ¿No son acaso los fieros guardianes del capital? Pero hay otras razones. Veamos qué nos dice el dirigente de la clase obrera internacional, el comunista Enver Hoxha. “la creación del sector público (como el de la electricidad, durante el mandato de López Mateos y como el del petróleo con Lázaro Cárdenas) fue resultado del abandono por parte del gran capital de algunas ramas atrasadas y no rentables, éstas se las traspasó al Estado (al Estado-colonia en el caso de México) para que las subvencionara con los ingresos de su presupuesto, con las sumas aportadas por los contribuyentes (con los impuestos), mientras que sus propios capitales los destinó a los sectores de las nuevas industrias dotadas de alta tecnología, donde se obtenían súper ganancias más jugosas y con mayor rapidez” (como la industria bélica, la segunda guerra mundial durante los últimos años del mandato de Cárdenas estaba en puerta). Y agrega Hoxha: “estatizaciones de este tipo se han hecho y siguen realizándose por una u otra razón, pero no han modificado ni jamás podrán modificar la naturaleza capitalista del sistema vigente, no podrán eliminar la explotación capitalista, el desempleo, la pobreza, la falta de libertades y de derechos democráticos”. Del libro “Eurocomunismo es anticomunismo”).

Hay un ejemplo aleccionador sobre privatizaciones y estatizaciones recientes. Veamos. Las carreteras fueron por largo tiempo administradas por el gobierno. Enseguida el déspota priísta Ernesto Zedillo las entregó al capital privado. Se privatizaron. Al poco tiempo fueron “rescatadas”. Volvieron a ser administradas por el régimen. En cuanto pudo, el pigmeo usurpador panista Felipe Calderón las ha devuelto al capital privado. ¿Y qué ha ganado el pueblo y la clase obrera con todas estas estatizaciones y privatizaciones? No ha ganado absolutamente nada. Los únicos que han salido favorecidos con tales medidas ha sido la clase capitalista en el poder. Sobre todo el capital extranjero. Nada más.

Por eso asegurar que el petróleo estatizado es del pueblo, es un gran embuste. Tanto el petróleo mexicano, como el petróleo venezolano, ambos en manos del sector público, en México bajo un régimen de derecha y en Venezuela en uno de izquierda, no son propiedad de sus respectivos pueblos. El oro negro de los dos países es para usufructo y goce de los capitostes norteamericanos. Para que los chacales de Washington sigan aceitando su maquinaria de guerra y sigan masacrando a pueblo de Irán y Afganistán. Y oprimiendo a todos los pueblos del mundo.

El 18 de marzo es una completa farsa llevada a cabo por reaccionarios bufones. Panistas, priístas, amloistas-morenistas, perredistas, ca y demás payasos de la burguesía convergen en ese día y le cantan hosannas al militar priista Lázaro Cárdenas.

Ninguna estatización, ninguna nacionalización, podrá ser de beneficio para el pueblo trabajador mientras el poder lo detenten la banda de burgueses explotadores. Criminales y vende patrias. Ayer encabezados por el pigmeo usurpador y asesino, fiel cancerbero de los extranjeros, del imperialismo, Felipe Calderón, y hoy representados por el pequeño títere llamado Enrique Peña Nieto, acompañado de sus comparsas electoreras de uno y otro color.

(tomado de J. Antúnez, Semanario Zeta, ediciones 1983 y 1984, año 2012)

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