Kambalaya significa: “Hice un pacto pacífico con el tiempo…ni él me persigue…ni yo huyo de él…pero algún día nos encontraremos”. Kambalaya es una palabra del Suahili, idioma hablado por más de 45 millones de personas. Fue una de las pocas que aprendí cuando estuve en Mombasa, Kenia, en África. Además de la musicalidad de la palabra, me parece poético. Es increíble como una sola palabra envuelve toda una reflexión.
Nairobi (la capital de Kenia) significa “lugar de aguas frescas”. Es conocida como la “Ciudad Verde en el Sol”. Hice una pausa para recorrer algunos sitios de esa ciudad antes de llegar a mi destino final, luego de 3 vuelos en 24 horas.
Otro vuelo de 1 hora me llevó a Mombasa. Al llegar me llevé una grata sorpresa. El Hotel sede de la Conferencia Internacional donde presentaría una investigación, estaba en la playa. El paisaje y la brisa resultaron de lo más estimulante. Al amanecer, luego de caminar en la arena pasaba al restaurante a desayunar, luego me iba a las conferencias. Para el tiempo libre se ofrecían diversiones y tours. Desde desayunar o cenar frente a la ruta por donde pasan los elefantes, hasta pasear en Jeep. El paisaje resulta de lo más atractivo con su sabana, bosque y montañas. La biodiversidad en animales era de lo más atractivo. El guía aseguraba que se podrían observar y retratar al menos leones, tigres, jirafas y otros animales en su hábitat natural. Ninguna opción me interesó.
Mi especialidad en salud pública me llevó a querer conocer una de las poblaciones más vulnerables de aquella región. Supe que cerca de Mombasa estaba el Campamento de Refugiados de Dadaab (o Dabaab). Se encuentra a 473 kilómetros de Mombasa. Tenía medio millón de refugiados. Se podía visitar en Jeep o en avión privado. Deseché ambas opciones. Me atraía la segunda, pero estaba fuera de mis posibilidades económicas. Pasé el tiempo libre junto al mar y en el hotel. Encontré algo que resultó de gran interés. El idioma suajili. Pude practicarlo gracias a mis colegas y al personal del restaurante. Ahí me hicieron repetir para ellos, hasta que aprendí que Kambalaya significa: “Hice un pacto pacífico con el tiempo…ni él me persigue…ni yo huyo de él…pero algún día nos encontraremos”.
Regresé a casa. Presumí con mis nietas la palabra “Hakuna Matata”, como muchos, sabían que significa “todo bien, sin problemas”. Les enseñé otras, que ya he olvidado. Pero aún recuerdo “Samahani”, que significa “perdóname, discúlpame”, “Asante” que quiere decir gracias y “Kwa heri” que es “Adiós.” Por coincidencia, necesitaba conocer la magnitud y la profundidad de esas palabras, para poder aprender a despedirme. Así lo hice.
Hola Andrea, gracias por la publicación, he tenido una gran duda durante todo el tiempo que supe de la palabra “Kambalaya” y como tal, quisiera saber si esa es la manera en la que se escribe en su idioma, o si utilizan símbolos, no se, tengo años queriendo tatuar esa palabra en mi cuerpo.