Gritos al aire en el estado de San Luis Potosí.

Las ironías del “Tercer Informe Ciudadano” privado.

En medio de marchas con grupos inconformes, una intensa seguridad y fuertes filtros para resguardar el ingreso de invitados autorizados, se llevó a cabo un informe más del Gobierno de San Luis Potosí.

El sol abrasador del medio día, fue el complemento de la intensa movilización que se desplegó alrededor del Centro Cultural Bicentenario, escenario del tercer Informe de Gobierno; un evento, como oficialmente se llamó “ciudadano”, realizado a puerta cerrada y con una estricta seguridad de acceso al sitio, rodeado de manifestantes que lanzaban toda clase de quejas, entorpeciendo el tránsito y la llegada al lugar.

Fue así, que con un retraso de media hora Fernando Toranzo Fernández, Gobernador del estado, ingresó a la sala acompañado de su esposa y una fuerte protección alrededor suyo, misma que lo acompañó hasta llegar a su asiento, cerca de invitados especiales entre los que se contaban gobernadores de diversos estados del país, así como del presidente municipal electo, Mario García Valdez y el rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Fermín Villar Rubio, a quienes agradeció su apoyo y presencia.

Y así, el auditorio esperaba las cifras obtenidas en éste su tercer año de mandato, parte de un sexenio que ha puesto en duda la eficacia de Toranzo para realizar sus labores y hacerse cargo del rumbo de un estado turbado últimamente por la ola de violencia nacional que ya lo alcanzó.

Educación, seguridad, infraestructura, creación de empleos y programas de desarrollo social y apoyo a grupos indígenas, fueron parte de las temáticas abordadas que arrojaron cifras impresionantes ante las que logró el sexenio anterior.

Datos avalados por testimonios presentes en el vídeo proyectado, que fue el encargado de mostrar a los asistentes los frutos del mandato del doctor. Un vídeo de aproximadamente media hora que resumió con apoyos audiovisuales, cifras, datos e información del trienio, misma que el gobernador sólo complementó con un breve discurso de no más de 20 minutos, donde recalcó las fortalezas de la ciudad, su constante compromiso con la ciudadanía y finalizando con un “¡Viva San Luis Potosí!, ¡Viva México!”, que causó revuelo y aplausos entre el auditorio.

 

Así terminó el evento.

Entre aplausos.

Manifestantes externos.

Inconformes.

Verdades a medias.

Seguridad al extremo.

Dudas. Silencios. Y gritos…

Gritos al aire.

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