Ezequiel, el capítulo más profundo de la Biblia

Dios habla libremente a través de este libro. siendo el más profundo por su revelación, son palabras ungidas por el Espíritu Vivificante.

Su pensamiento profundo capta un cristal, un tesoro escondido de cual somos bienaventurados quienes hemos recibido esta palabra que está abierta.

Ezequiel a sus treinta años tenía una cierta medida de madurez y no tenía ningún interés para sí, completamente liberado de la cárcel de su yo y forjándose como señal. para nosotros los creyentes en Cristo-

Necesitamos un cielo abierto abierto para recibir las visiones de Dios.

Ezequiel se afirmó en la posición de un sacerdote, uno que buscaba a Dios y contactaba a Dios porque estaba conectado a los cielos..

Él tuvo la gloriosa visión de Dios para que Él y el hombre pudieran ser conjuntamente edificados.

¿Cómo?

Siempre que Dios encuentra un hombre en la tierra que sea uno con Él, y cuyo corazón sea una duplicación con Su corazón, los cielos le son abiertos.

La visión denota una escena extraordinaria a fin de recibir, revelación, luz y vista,

Estas visiones nos gobiernan, nos restringen, nos controlan, nos resguardan, nos cambian radicalmente, dándonos denuedo para proseguir en la unidad genuina.

Necesitamos una clase de oración que nos introduzca a un éxtasis tal, que nos lleve a ésta visión celestial.

Contrario a esto, cuando no hay visión,  el cielo no está abierto y vivimos nuestra manera vieja de ser.

Es necesario pedirle a Dios nos de palabras especiales, frescas y vívidas para que nos inste a actuar sin que nos rehusemos a aceptar lo que los cielos determinan.

El libro de Ezequiel como miniatura de la Biblia revela que la intención eterna de Dios es impartirse en su pueblo escogido, con lo cual Dios hace que ellos sean iguales a Él en Su vida, naturaleza e imagen, pero no en la Deidad. Ef. 3:15,16

Nosotros Sus hijos, no sufrimos como criminales sino como personas que alegremente llevamos la cruz.

El Cuerpo de Cristo sabe lo que es del Cuerpo y lo que es individual debido a tal visión. A Él no lo podemos engañar. De nosotros no debe quedar nada personal.

¿Que si duele?

Claro que duele pero nuestra vida personal es de quienes vemos, oímos, hablamos y aplicamos Su corazón siendo tocados por el amor y la gracia del Señor.

Todo en amor.

Bibliografía: Santa Biblia Versión Recobro.