Quién sabe cuántas veces haya pasado por ahí sin reparar en él… La construcción se ubica en el principal punto de reunión de la capital. Podría decirse incluso que no eres potosino si nunca has quedado de verte en algún lugar de lo que abarca la Plaza del Carmen.
En fin, muchas ocasiones me senté frente a él a esperar o charlar con alguna persona, pero no fue sino hasta un día que me comentaron que ese edificio correspondía al Museo del Virreinato; soy amante de los museos y todo lo relacionado con la cultura y el arte, así que en cuanto tuve oportunidad de ir, tomé mi cámara y un martes de entradas gratis, visité ese lugar que, aunque pequeño, -en comparación con otras edificaciones como el Museo de la Máscara, casi enfrente de este, el Museo Regional Potosino o el Museo Francisco Cossío-, está lleno de historia y aspectos culturales de gran interés del ámbito potosino y nacional.
Historia y distribución del lugar.
Para empezar, me enteré que el lugar abrió sus puertas no hace mucho, realmente: el 19 de septiembre del 2003, tras su restauración luego de muchas gestiones para conseguir los fondos.
Este museo, es parte del antiguo convento de los Carmelitas Descalzos, una orden religiosa que llegó a San Luis Potosí durante la segunda mitad del siglo XVIII.
Sin embargo, y por desgracia, la exclaustración en el siglo XIX provocó mutilaciones y alteraciones al inmueble, cargado de simbolismo y un porte colonial, perdiéndose un espacio arquitectónico de gran valor, que además, fue demolido parcialmente cuando se aplicaron las Leyes de Reforma.
La parte de abajo destaca por sus cuadros y esculturas de corte virreinal, mientras que una sala se dedica en ciertas temporadas a albergar talleres especiales. Al fondo, un bello patio deja entrever en el centro la torre de la Iglesia del Carmen, con algunos maniquíes a su alrededor, vestidos con los hábitos de la época en la que el edificio se encontraba en su esplendor.
En el primer piso pude admirar un largo pasillo -con cuadros en diversas técnicas y que plasman algunos de los edificios más emblemáticos de San Luis-, que deriva en dos salas llenas de historia…
En esa ocasión, me tocó presenciar que en una de ellas se encontraba una réplica de un cuarto de finales del siglo XVIII, lleno de la magia de la época, mientras que el siguiente se destacaba por una magnífica colección de hierros forjados, además de una increíble vista a la Plaza del Carmen que es imposible no reparar en ella.
Si no lo has visitado, te invito a hacerlo. Como potosinos, deberíamos de conocer a fondo nuestra historia local y nacional, y el Museo del Virreinato es un excelente lugar para iniciar este recorrido; sus exposiciones son destacadas, y en el área de arquitectura, el claustro y la sala de los monogramas son espacios coloniales dignos de conocer.
Personalmente, salí empapada de la historia y esencia del lugar; planeo regresar pronto de nuevo con cámara en mano, ¿Y sabes qué? Es un buen sitio para recorrer con amigos, tu pareja o familia. ¿Qué dices? ¿Te animas este fin de semana a descubrirlo?