Reflexiones valiosas de Ulises Franco.
No, porque ninguna emoción es mala. No llevan contenido moral: ni buenas ni malas. Lo que sí puede resultar moralmente bueno o malo, es lo que haga con esa emoción. Mire usted, amig@ lector.
Las emociones “fueron puestas ahí” para nuestra protección. Su creador, quién nos diseñó, nos regaló esos “motores”. (Emoción, quiere decir: movimiento), para nuestra protección y expresión de nuestros internos sentimientos personales; tanto, que si no los tuviéramos, seríamos algo como un “zombi” dónde la frialdad ha anulado los sentimientos. Esta frialdad o nulidad de sentimientos es estudiada por la Psicología y la Criminología.
Es sano sentir miedo, absolutamente sano. Gracias al miedo podemos salvar la vida; un sentimiento nos avisa, un sentir en el pecho nos lanza una alerta cuando nos estamos arriesgando a un peligro y ahí, justamente, es donde, según la naturaleza de cada individuo y las herramientas y circunstancias con que cuente, podrá tomar una instintiva decisión de confrontar la amenaza o bien, de ponerse a salvo.
El primer argumento de un guerrero, es ponerse a salvo. No demostrará valentía si se lanza enardecido ante su agresor si se siente en desventaja porque lo más sano e inteligente es ¡Huir! Sí, no repeler el ataque sino “hacerse a un lado” protegerse, ¡Salvar la vida! Eso es valentía; gracias al miedo y la inteligencia aplicada en la circunstancia, hemos de entender que nadie, en su sano juicio, “se pone con Sanzón a las patadas”. Y como dice el sabio dicho popular: “más vale: de aquí huyó que aquí quedó”.
Amig@ lector. Aplique la prudencia para que no llegue a situaciones de emergencia; retírese a tiempo, no por miedo (que no tiene “nada de malo”) sino por precaución… ¡Eso es prudencia! Conténgase de jugarle al valiente aunque tenga la razón y salve la vida, la dignidad o lo que para usted sea más valioso. ¡Ah! Pero si tiene que “mostrar los dientes” o hasta usarlos para defenderse cuando ya ha sido atacado, ¡No lo dude! Inspires en el gran valor que Su creador le confiere y en el nombre de esa bella causa y energía, ¡Vaya por lo que es suyo!
Miedo, bendición al corazón para ponerlo a salvo… ¿No quiere llegar al miedo? Entonces, manténgase prudente
Hasta la próxima.
De todo corazón, ADN° en acción