Entrevista con Luna Yedra: El Sahara no se vende

El día 15 de enro del 2014 asistí a Indautor a la Dirección de Reservas de la SEP cuando a mi sorpresa, se estaba llevando a cabo un evento de tipo cultural en las instalaciones de dicha Institución.

Una exposición de pintura, compartida con fotografías y música árabe de fondo mostraron un video de la Cultura Saharaui la cual motiva a difundir la causa de un pueblo forzado al exilio en campamentos dentro del más inhóspito desierto argelino, sometido a la represión del gobierno marroquí, un pueblo condenado al exterminio dependiente de la ayuda internacional y de que el mundo, conozca su realidad.

El conflicto del Sahara Occidental se encuentra en un profundo silencio mediático a 39 años de su inicio en el que no hay otra alternativa que la valoración de los derechos humanos a la vida, la libertad y la autodeterminación.

Luna Yedra. como se hace nombrar Fabiola nos platica su experiencia en su visita

 

Orquídea: ¿Y esto tiene algún significado para ti o están simplemente compartiendo el foro?

 

No, de hecho si tiene un significado. Más que ser mi obra el protagonista es la gente y la cultura saharaui, lo que sucede en su territorio dividido por el pasar del tiempo, donde hay muchas luchas de poder; la ambición, como sucede en todas las culturas, donde hay una desigualdad social, cultural y política. Y este trabajo habla de eso, para difundir la situación del Sahara Occidental, del exilio que tienen en México, entonces, está el autor y yo, porque el tema es el mismo, es el qué sucede en los campamentos de refugiados saharauis en el desierto de Argelia; queremos dar a conocer lo que está sucediendo porque no mucha gente lo conoce, no es algo que pasen normalmente en todos los medios de comunicación. No es un tema del que se hable. Y nosotros, a través de nuestra causa, que es el arte podemos difundir  lo que sucede. ¡Dar un grito! a través de luces y colores, yo a través de la fotografía, y él a través de la pintura.

 

 

O.- ¿Ustedes a través de la embajada tienen acceso a este lugar?

 

Sí, claro. La embajada de la República saharaui aquí en México. Nosotros estuvimos 3 semanas, de ese tiempo son los campamentos que organiza la embajada. Depende de la gente que vaya, es el proyecto que se va a ir armando.

Cuando a mí me invitaron, quise hacer uno de difusión, no sólo ir y conocer, sino que, bueno, si está sucediendo esto y yo tengo las herramientas visuales, saber qué voy a hacer con eso.

 

 

O: ¿Y qué es lo que realmente está sucediendo allá?

 

Pues, tú tienes a la vista todo. Vas caminando en un cuadro de desierto y la gente viven de la ayuda humanitaria. Hay mucha pobreza económica, y sin embargo, para mí es la casa más grande del mundo. Toda la gente te abre sus puertas, te invita a conocerlos y a conocer su cultura, porque les interesa que se den a conocer. Su tema no se habla, entonces alguien llega con ellos con el interés y no te abren las puertas de su casa solamente, sino también su corazón.

 

 

O.- ¿Qué es lo que más te impresionó de la gente? ¿Cuál es la expectativa de vida de niños y jóvenes?

 

Pues realmente es un tema muy amplio, hay muchas cosas, necesidades y belleza cultural. Es un pueblo nómada beduino del desierto, que vive exiliado en el 2014 en medio de un mundo contemporáneo; entonces hay muchas cosas de choque cultural que te llaman la atención. No podría decirte que es un tema en especial, porque en verdad que toda la cultura es impresionante.

 

O.- ¿Qué reflejan los rostros que tú ves en ellos?

 

Reflejan voluntad, lucha… reflejan un anhelo, dividiría  a la cultura saharaui en tres partes; su generación árabe, beduina y la española, es decir, la gente que ya nació en los territorios. Entonces hay muchos adultos que conocieron los territorios ocupados y muchos que no lo han conocido. Los niños no lo conocen. Y a pesar de todo esto, ellos crecen luchando por recuperar ese territorio. Muchas veces como un sueño, un anhelo o una ilusión… Lo que a mí más me sorprende del pueblo es su voluntad.

 

O.- ¿Hay diferencia al pueblo mexicano en cuanto a eso?

 

Sí, yo creo que por ser una sociedad mucho más pequeña, son unas 300 000 personas que viven en los campamentos de refugiados, entonces es mucho más fácil organizarse, más fácil compartir, y aparte, por ser exiliados crecen con una solidaridad y una unión que no se ve en cualquier lugar. Y aquí en México siendo 22 millones tan sólo en la ciudad, ponerte de acuerdo, es muy complicado, y es parte del mundo contemporáneo, la tecnología nos lleva al individualismo. Y allá, alejados de la tecnología, llega un poco, pero no tanto como acá, entonces la tecnología divide muchísimo.

 

O.- ¿Qué mensaje puedes dar al haber conocido esta cultura?

 

Pues más que dar a conocer, para mí es un recuerdo de la humanidad que todos tenemos, al ser tan unidos, estar en contacto con ellos mismos, lleva a reconectarte. Me gusta exaltar el lado humano que todos tenemos, todos. Ellos somos nosotros y nosotros somos ellos, no hay diferencias en cierta forma, hay saharauis que tienen un tipo de belleza pero eso no nos hace diferentes sino el individualismo que nos desconecta del dolor de los otros y nos lleva a las guerras, y a tener diferencias.

 

Luna Yedra.

Fabiola

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