El romanticismo en la música del siglo XIX y XX: Sergei Rachmaninov

Foto 31Por Ghisselle Ávila Salazar

Pero antes ¿Qué es el romanticismo? Podemos entenderlo como un movimiento cultural que nació en Alemania y Reino Unido, surgió como una consecuencia y oposición del clasicismo. Se considera a Ludwig van Beethoven como el padre de esta influencia en el terreno de la música, entre algunos otros destacados compositores inspirados por esta corriente se encuentran: Félix Mendelssohn, Richard Wagner, Johannes Brahms, Pyotr Ilyich Tchaikovsky, Niccoló Paganini, Sergei Rachmaninov, solo por mencionar unos cuantos.

Las principales características del romanticismo proclamaban la importancia de la expresión de los sentimientos y las pasiones del ser humano, la individualidad y su autonomía, el liberalismo, la creatividad y lo imperfecto como componentes esenciales del pensamiento.

Se exaltaba la imaginación, el instinto y la fantasía, contrario al clasicismo que valoraba el pensamiento racional. El piano fue el instrumento que más obtuvo protagonismo en esta época, ya que fue perfeccionado de tal manera que se transformó en el representante predilecto de los sentimientos y pensamientos que atormentaban avasalladoramente la sensibilidad de los compositores de aquél tiempo.

Uno de nuestros exponentes favoritos de esta corriente es el ruso Sergei Rachmaninov, más tarde nacionalizado estadounidense, que demostró a lo largo de su carrera inigualables talentos para la interpretación y la composición. Nació el 1 de abril de 1873 y desde muy joven fue enseñado por diversos maestros el arte de la música, la primera maestra que tuvo fue su madre cuando solo tenía seis años.
Más tarde, fue admitido en el Conservatorio de San Petersburgo, sin embargo fue expulsado debido a que no pasó el curso, no se rindió y lo intentó de nuevo en el conservatorio de Moscú (con Nikolái Zvérev como uno de sus maestros) del cual se graduó triunfante tiempo después.

A pesar de su talento, las cosas empezaron mal para Rachmaninov, ya que la presentación de su primer concierto para piano y orquesta en 1897 fue mal recibido por la crítica, el problema no fue la obra, sino que, se rumorea, la pésima dirección de Aleksander Glazunov que estaba ebrio y la falta de estudio de la obra por parte de la orquesta. Completamente destrozado, Rachmaninov cayó en una profunda depresión que no lo abandonó hasta que fue a terapia con el doctor Nikolái Dahl, especialista en neurología, que lo devolvió al buen camino de la creatividad.

Fue así que, luego de un tiempo, compuso uno de sus conciertos más representativos y homenajeados, el concierto para piano y orquesta número dos, que esta vez, fue abrazado por la crítica hasta nuestros días, alcanzando la fama a nivel mundial y para siempre como un legado de originalidad y expresividad pura.

A pesar de que murió el 28 de marzo de 1943, su música es recordada y fácilmente identificada por la fuerza de su emotividad y el trepidante ir y venir de las inquietantes emociones que se manifiestan a lo largo de todas sus obras. El concierto número dos se siente como un paseo por su experiencia de depresión y como logró salir de ella, empezando con tonos sombríos y melancólicos que nos llevan a la tristeza, luego a la desesperación, para más adelante otorgarnos chispas de esperanza provenientes de tonos más brillantes que nos dan alivio, esta mezcla organizada de emociones es una de las razones por las cuales fue posicionado en la cumbre del éxito luego de tener que saborear el fracaso.

Sin duda, vale la pena recordar y escuchar a compositores de esta vívida etapa de la historia, que nos transportan a lugares y experiencias que liberan la imaginación y sanan o comparten nuestros pesares. Así es la música.

Fuentes:
http://www.claseshistoria.com/revolucionesburguesas/romanticismocaracteristicas.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rachmaninov.htm
http://www.musicosclasicos.com/rachmaninoff.htm

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