Muy buenos días queridos lectores. Hoy es un día especial para cada uno de los mexicanos. Un día en el que cada uno de nosotros saldrá a votar, eso espero. Conscientes de que nuestro voto hará de México un país maduro capaz de llevar a cabo los comicios plenamente en armonía.
Los mexicanos hemos aprendido a participar; niños con el deseo de tener 18 años para votar y vivir un mejor futuro, jóvenes de hoy que se dan la oportunidad de hacerlo, algunos por primera vez y otros con el ímpetu de heredar a sus hijos un México nuevo, un mejor país. Y adultos, rebosantes de adrenalina a quienes les circula rápidamente la sangre por sus venas, llenos de un sentimiento de impotencia pero que a su vez pretenden una vida con esperanza.
¡Ahora sí! decimos todos!, ¡No permitiremos el fraude!
Con lagrimas en mis ojos ese es mi deseo, que los ciudadanos de nuestro país hallan sido impregnados de información suficiente para que emitan el voto más certero, que hallan logrado sensibilizarse lo suficiente para contribuir por un país que los necesita: Produciendo, colaborando, cooperando y amando su patria.
Ya es el tiempo, ¡no nos queda más. No podemos perder un día más!.
Los jóvenes del 1 al 132, nos han dado una lección a todo adulto ignorante, indiferente y pasivo para volver de la desesperanza al coraje. ¿Que hemos hecho los padres en quienes recae la responsabilidad? Yo me preguntaba. Pero hoy veo: ¡Que mucho!.
Jóvenes que no piden sino proponen y exigen, ¡Ese es mi México!
Vuelvo a sentir “chinita la piel” al oír el Himno Nacional, vuelvo a sentir mi “mexicanidad”, y vuelvo a sentirme una más. La luchadora social que siempre fui y que en algún momento creí, se había perdido en el camino.
Hoy con más bríos y más sabiduría, hoy esperando la paz y la cadencia, hoy segura de que el diálogo, el amor y la cordura son las armas más finas para combatir la mentira, el odio y la corrupción humana.
¡No podemos ser tentados por el enemigo, no podemos ser su presa, no más esclavitud, no podemos ser distaridos ni por un segundo!. Defenderemos nuestra libertad de pensamiento y nuestro voto ¡hasta partir el alma!. ¡Con respeto y equidad México se levantará!
“Pensar global, actuar local para obtener un Beneficio Real” debe ser el lema de todos. trabajar sin descanso hasta lograr que todo mexicano se dignifique y vuelva a creer.
¡Fe es la que necesitamos!, confianza en un Dios que todo lo ve, pero también: ¡Obediencia!.
No podemos seguir viviendo como “ovejas descarriadas”, sin freno, sin rumbo y sin propósito. ¡México debe tener un porvenir! debe ser edificado desde el campo hasta hasta la ciudad, desde el interior hasta el exterior, pero también, desde el ser interior del hombre hasta expresar en su exterior: La imagen y la semejanza de Dios.
Todos debemos ser transformados, ser como el cristal, transparentes, sin mancha y sin arruga, sin máscaras. ¡Sólo hay que quererlo!.
Querer es lo más fácil y lo más difícil, depende de que tan endurecido esté tu corazón.
Transforma tu corazón de piedra en un corazón de carne y no habrá problemas. Que tu espíritu domine tu pensar y tu actuar y serás llevado automáticamente de la inteligencia a la sabiduría. Pedir a Dios discernimiento como un acto natural es tan sano como lo incorruptible. No te vendas, no te esclavices. ¡Vive la Vida para Vivirla!.
Sé uno más del remanente de Dios y edifica tu casa sin pretextos o justificaciones. Cambia tu mente y cambia a México.
Dios y hombre en unión, dulce mezcla e incorporación.