Curso para Periodistas en San Luis Potosí

En favor a la Prevención de Delitos cometidos en contra de la Libertad de Expresión

 

Hoy, 23 de junio  a las 17:00 horas comenzó un programa de capacitación implementado por el Sistema de Alerta Temprana de la Fiscalía para salvaguardar la libertad de expresión, bajo el principio de prevenir un ilícito que investiga un hecho consumado, en el “Salón de Procuradores” de la Procuraduría General de Justicia del Estad(PGJE).

Es un hecho que deben existir medidas precautorias que protejan la vida y seguridad de las personas con labor periodística quienes además ejercemos el derecho a informar.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde el 14 de diciembre de 1948 consideró fundamental el derecho a la información:

“… el derecho a saber y el derecho a buscar libremente la verdad…”  que, “…los gobiernos deben amparar la libre circulación de información…” y a  los medios se establece, “…deben estar al servicio del pueblo…”

Alrededor de 25 periodistas que asistimos, escuchamos al Lic. Peralta quien comentó que no es instructor de cursos ni conferencista, sino un fiscal al que le llegan diferentes casos.

Sin dudar en absoluto acerca de la necesidad de “prevenir antes que lamentar”, algo me hace sentir un hueco en este esfuerzo tanto de las autoridades de gobierno como en los que asistimos.

Se nos contó la fábula del alacrán y el sapo:

Un alacrán y un sapo se encuentran en la orilla de un río, y el alacrán le pide al sapo que lo lleve en su lomo para cruzarlo. El sapo le pregunta, “¿Y como yo sé que no me vas a picar con tu ponzoña?” El alacrán le responde, “Porque si lo hago, yo moriría también.”
El sapo se convence, y comienzan a cruzar el río, pero a mitad del camino, el alacrán pica al sapo. El sapo comienza a sentir la parálisis y se empieza a hundir, sabiendo que ambos se ahogarían, pero aún le quedaban fuerzas para preguntar “¿Por qué?”
Le responde el alacrán antes de hundirse ambos: “Así soy yo…es mi naturaleza”.

Uno de los objetivos de este curso es sensibilizar a los periodistas acerca de crear redes de autoprotección entre compañeros periodistas, medio y autoridades del gobierno.

Después de leer la fábula me queda claro que es un absurdo crear, creer y confiar en una red que implica, ¡a tantos alacranes!

Sí, es importante revisar que tan expuestos estamos, checar nuestras vulnerabilidades, así como vislumbrar los riesgos que podemos correr al hacer pública una determinada nota.

En el taller pudimos defender dos posiciones:

 

1. Si el diablo me ofrece una entrevista, voy hasta el infierno. (Julio Scherer)

“La persistente inquietud tenía que ver con el trabajo periodístico. Inevitablemente debería contar las circunstancias y pormenores del viaje, pero no podría dejar indicios que llevaran a los persecutores del capo hasta su guarida. Recrearía tanto como me fuera posible la atmósfera del suceso y su verdad esencial, pero evitaría los datos que pudieran convertirme en un delator”.

Me hizo bien recordar a Octavio Paz, a quien alguna vez le oí decir, enfático como era:

“Hasta el último latido del corazón, una vida puede rodar para siempre.”

 

2. No hay nota que valga la vida (Marco Lara Klahr)

“La mejor protección del periodista es la legitimidad social. La sociedad guarda silencio porque ve a los periodistas más cerca del poder que de ella”, sentenció el periodista mexicano.

Enfatizó que cuando el periodismo se legitime socialmente, entonces los agresores se sentirán inhibidos por temer a una reacción social, tal como ha sucedido en otros países.

Creo fervientemente en este último mensaje de Marco Lara en el que el periodismo debe reivindicarse en su aspecto profesional, como también la sociedad, el cual vive un  “sopor”… Como informada!!!

Y así concluimos este día, quedándome con algo importante:  “Administrar la información para manejarla a mi favor”.

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