“Pero si todos profetizan y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es examinado”. 1 Corintios 14:24
Nada es tan crucial como la vida de iglesia. Si tenemos una vida compartida con Dios, entonces estaremos en las reuniones donde se es edificado, y hay revelación.
Profetizar no es predecir, sino hablar por Dios, proclamar a Dios y hablar con Dios en Cristo.
La iglesia es, la asamblea de los llamados a salir, y yo me pregunto:
¿De dónde salimos para poder recibir una perspectiva de nuestra situación particular que solo se logra cuando hemos adquirido revelación al experimentar al Dios Triuno?… Del yo.
¿Cómo? … Posecionándonos de la buena tierra, haciéndola nuestra.
Si no profetizamos todos, como un deber ser y hacer, estamos dando coces contra los aguijones y sufrimos pérdida porque los corazones son engañosos. Y erróneos.
Necesitamos que Su Santuario esté en nosotros como el Espíritu, buscar a Dios de manera absoluta y edificar orgánica y natural la iglesia: porque cada uno tiene salmo + enseñanza + revelación + lengua + interpretación: para que los demás comprendan. Así TODOS seremos iluminados, nutridos y edificados. Así, todos somos anfitriones; con un hablar genuino y sobresaliente al recibir el suministro y provisión que cada uno necesitamos .
En mi experiencia considero una necesidad tener un cambio visible ante Dios y ante los hombres. Que no sea yo la misma de antes de la pandemia. Quiero ser una testigo del Señor a través de Su Palabra y cooperar para que Él regresé a tiempo y fuera de tiempo.
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