Comunicación interrumpida

Pájaros

Por Juan Felipe Cisneros Sánchez

 ¿Has escuchado esa popular frase de “pájaros en los alambres”?

Pues ahora, no son sólo pájaros. (J.f.) Con el avance tecnológico, los pájaros se han convertido en “buitres”.

Recuerdo cuando llegó a mi uso, el primer celular, miles nos sentimos complacidos, -más aun cuando eres generación 57-, por tanto, la revolución tecnológica en la telefonía nos cayó a millones como balde de agua fría, pero ante el horizonte de comunicación que nos abría, nos rendimos y adaptamos.

Al paso del tiempo, la velocidad de la evolución tecnológica, nos ha dejado perplejos. Nuestra cotidianeidad se ha extendido casi sin límites, al acceso virtual. Hoy tengo más contacto instantáneo con cientos de personas y puedo enviar cualquier mensaje o artículo con sólo apretar un signo.

Sociológicamente, es un cambio de enorme profundidad para todas las personas y sus colectividades. Hoy me imagino sin celular y… ¡oh, no! ¡Se me derrumbaría el mundo! Quedaría sin referencia de la hora, sin calendario, sin contactos, sin noticias, y sin acceso a un cúmulo de información que nos es imprescindible para nuestro desempeño diario; puesto que hemos generado una tremenda dependencia con la tecnología, el celular se ha convertido casi en una prótesis, en algo íntimo y muy privado. Si la comunicación y la expresión eran un derecho, hoy su relevancia es mayor.

Por ello, es de enorme importancia la reciente publicación del New York Times, que de un tirón, coloca al Gobierno Mexicano en una situación crítica, si de por sí, la cosa está con alfileres ante la masacre de periodistas y de defensores de derechos humanos. “Alguien” mandó quitar los “alfileres” y se cayó la poca credibilidad que le restaba a este agónico sexenio de EPN.

Se le imputa de infectar los teléfonos de prestigiados periodistas y activistas de derechos humanos, por medio de un malware denominado “Pegasus”, además las intervenciones coinciden en tiempo y forma con temas de alto impacto. Como es el caso, entre otros, de la investigación de la “Casa Blanca de EPN”, de la connotada periodista Carmen Aristegui. El New York Times, señala que esta actividad de espionaje, obviamente tiene altísimos costos. La Empresa NSO, que es la que vende sólo a Gobiernos este “paquetito” de tecnología israelita, estima que cada infección cuesta la módica cantidad de ¡¡¡77 mil dólares!!!

Los que compran esta sofisticada tecnología, son los del Gobierno y sus instituciones, que velan por la seguridad interior de nuestro país. Aclarando que este malware sólo debe ser utilizado para combatir al crimen organizado, sin embargo, ahora resulta que es usado para espiar nada menos que a periodistas y defensores de derechos humanos, que son sujetos de derecho, a los cuales se les debe garantizar el ejercicio de su profesión a plenitud por su importancia; su servicio a la sociedad y al Estado mismo.

Al paso de los días, fue creciendo el listado de quejas y denuncias, fueron saliendo a la luz otros actores sociales y políticos, que mostraban evidencias de ser víctimas de este u otro malware. Polarizándose la creciente desconfianza hacia el Gobierno y enturbiando aún más el ambiente político del país.

A todo esto, se suma la precaria respuesta del Gobierno mexicano hacia El New York Times, en la que trata principalmente de “aminorar los daños” y promete una tibia investigación, al suponer “que no hay pruebas”, cuando la calidad y el tamaño del informe publicado por el prestigiado diario es de “alto voltaje”.

Por otra parte, EPN en medio de un acto público, hace a un lado las tarjetas de sus asesores y en una expresión temperamental e histriónica, se arroja contra las víctimas e instruye a la PGR, para que investigue y sea punitiva contra los que “mienten”. Es decir, coloca a las víctimas en incriminados. Después tiene que hacer precisiones y correcciones en vista de qué miembros del personal de su oficina buscaron aclarar al periodista del New York Times, que el Presidente, no lo estaba amenazando resultando claro que EPN sólo pronunció lo que realmente piensa y opina.

Mientras el Secretario de Gobernación, el “chino Chon” –como lo conocen sus íntimos hidalguenses-, recibía protestas de indignación de medios y periodistas, dándole la espalda cuando daba un discurso. (Por cierto; Osorio Chong, buscado mantener perfil bajo en medio de escándalos como Ayotzinapa, Tlatlaya, Casa Blanca y ahora el espionaje).

Cuando él, como Secretario de Gobernación, se encuentra a cargo del CISEN y se supone, debe estar al tanto de quién se está vigilando, para velar por la seguridad interior; y de hacerlo le debe preceder el mandato judicial correspondiente; sino está fuera de la ley y operaría como el ojo visor sin legalidad, convirtiéndose el “presidenciable” en el “Big Brother” –el gran hermano que todo lo ve para su control y beneficio, que de facto causa daño a las personas, cuando se supone, él debe ser garante de las libertades y los derechos fundamentales, puesto que es funcionario público y debe ceñirse absolutamente a la ley y a la norma.

El Secretario y el Presidente deben aclarar esto, a cabalidad. Finalmente; ¿Ustedes creen que el Gobierno, se va a investigar a sí mismo? ¡Claro que no! Esos son sueños guajiros.

Recordemos que la PGR es especialista en elaborar verdades que se convierten en mentiras históricas y sus funcionarios como los de la Agencia de Investigación Criminal, tergiversan los hechos o siembran pruebas.

Recordemos que el Fiscal y el Procurador General y hasta Jueces, son propuestas del titular del ejecutivo, ahora cuestionado. Por tanto, el andamiaje de protección de la estructura pública y más aun del Presidente, los vuelve casi intocables. Sin embargo “no hay mal que dure 100 años”. No, no será ahora mismo cuando el derecho a la verdad se cumpla con respecto a éste y otros hechos, será en otro tiempo y lugar, pues la situación del país ha rebasado sus fronteras y ahora los temas álgidos y denuncias que no son tratadas debidamente y en apego a los derechos fundamentales, llegan a foros e incluso a tribunales y cortes internacionales.

México, ha tenido ya, diversas sentencias que han generado importantísimos impactos y cambios, incluso en su legislación constitucional. La modificación al artículo 1º Constitucional, se derivó de una sentencia de la Corte Interamericana, a raíz de la desaparición de Rosendo Radillas. Recientemente un expresidente latinoamericano, fue aprendido por la Interpol, precisamente por espionaje de sus críticos y opositores, que le demandaron en su país, y a la postre es, en el ámbito internacional, donde va a parar un asunto nacional y casi doméstico.

Aunque tenemos que partir de la presunción de inocencia del inculpado, el acto jurídico de abrir un proceso jurisdiccional por instancias internacionales, genera un precedente de vital importancia para otros casos, como en el que se señala ahora, al Gobierno de México. Por otra lado, no podemos soslayar que los feudos de poder estatal y nacional en México, comienzan a entrar en pánico ante la cercanía del proceso electoral de 2018, la credibilidad del sistema de partidos y del sistema electoral mexicano, está desequilibrada y dañada estructuralmente, porque los partidos son un modelo agotado de representación política y el sistema electoral –encabezado por el INE- es incapaz de detener las irregularidades, abusos y corrupción, en el financiamiento de campañas, que cometen fraudes a simple vista y que son ”legalizados”, por una autoridad electoral, que no es realmente ciudadana, sino que se constituye por una corte partidaria, que se reparte feudos como en tiempos del virreinato.

Por el lado del electorado, están los fantasmas del abstencionismo y el creciente reposicionamiento de una oposición, que se nutre del hartazgo y la impotencia; animando a los millones de indecisos a buscar “castigar” a quienes los han dejado sin empleo, sin pensión, sin tierras, sin crédito, sin seguridad en la salud y en la educación, sin vivienda digna, despojados en pobreza extrema, la marginación y la discriminación.

Estamos ahora claros de que, este viejo sistema político, busca perpetuar la condición de desventaja de sus víctimas, negándoles una democracia participativa, realmente representativa y aún más, una democracia redistributiva para fincar su propio desarrollo y el respeto de sus derechos fundamentales. Lo único que está garantizando por este agónico Gobierno, es que tal vez, usted, sus parientes, colegas y amigos; traigan un celular con “pájaros y ahora buitres en los alambres invisibles”.

Por eso al contestar sea amable y diga: ¿PEGASUS? ¿ERES TÚ? Sonría y no deje de hablar con toda confianza, siga usando su facebook, twiter, whats, internet y lo que sanamente le dé la gana. Lo que buscan los pájaros y buitres es que usted se intimide y no se exprese, así que continuemos nuestra fiesta de comunicación y expresión. Pues al cabo sólo estamos ejerciendo derechos, cuando lo hacemos.

Por cierto tengo que ir AHORA por mi recarga, ¡ahí nos vemos! ¡¡¡ah!!!! Se me olvida…. Vargas Llosa, comentó en una ocasión: “México es la dictadura perfecta”. En sus tiempos, tal vez. Ahora las cosas, pese a la terrible situación, están cambiando. Hay cambio climático en México y termina la era de los dinosaurios…. Pobres ellos, podremos visitarlos algún día, al museo del desierto, si es que la historia no los termina por sepultar. Un saludo.

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