Cómo reparar un corazón roto

Corazon roto

 

Por Martha Idalia Coria Palma

Érase una vez un niño que caminaba en un bosque verde, hermoso. Cuando de repente tropezó con algo en la yerba fresca. Era un corazón, pero estaba roto, y le dijo, ¿Acaso eres tú quién lloras? El corazón le contestó, si soy yo, el que de lágrimas vive pues hace mucho fui partido en dos, y arrojado a este rincón en espera de que al fin alguien me vea, me escuche. El niño sorprendido por tal hallazgo, sus ojitos frotó y con mucho cuidado sacó su pañuelo y al corazón tomó con mucha precaución, juntando las dos partes le dijo con voz dulce, yo te he encontrado en medio de este bosque y seré quien te repare con gotitas de alegría, con dulces palabras que te harán sonreir. Constantemente te miraré y con mis manos te acariciaré, para que poco a poco esa herida, cierre. Estarás tan cerca de mi que temor de quedar sólo de nuevo, jamás sentiras, tendrás un hogar, un lugar especial con luz y brillo para que todo aquel que te mire sea sorprendido con tu paciencia y templanza. El corazón agradecido por tal acción dejó de llorar y tiñó de rosa aquel pañuelo celestial. 
Dándole las gracias le dijo: _Tú niño querido, has dado más que un tesoro a este corazón. Salvado he sido de seguir en el olvido y reparado por tus manos, como el alfarero moldea con suavidad el barro dando forma a su obra. Así has logrado modelarme, y con entera humildad, doy gracias de que me restaures con ese brillo que emana de mi, para que sea luz en tu camino_.

 

Deja una respuesta