¿Cómo podemos ser constituidos de la Verdad?
El origen de la Palabra
En el Versículo, 2 Timoteo 3:16, 17 nos dice que “Toda la Escritura fue dada por el aliento de Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea cabal y enteramente equipado…”
Esto significa que la Escritura no proviene del pensamiento del hombre, es decir de la mente del hombre, antes bien, es el aliento de Dios dado al infundir Dios. Su pensamiento y Su palabra por medio de Su Espíritu en los escritores, es el aliento de Su boca…
Su Exhalación.
La Biblia contiene los elementos de Dios y conlleva Su sabor. La Escritura contiene y comunica a Dios como el Espíritu.
La esencia misma, la substancia. Así como el fósforo es la substancia esencial de los cerillos. Debemos encender el Espíritu de la Escritura con nuestro espíritu humano para obtener el fuego divino.
La Escritura (La Palabra de Dios) que contiene y comunica a Dios el Espíritu también contiene y comunica a Cristo.
Cristo es la Palabra viviente de Dios, (Ap. 19:13) Está vestido de una ropa teñida de sangre; y Su nombre es el Verbo de Dios, y la Escritura es la Palabra escrita de Dios (Mt. 4:4) …Escrito está, ”no sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Por lo tanto, La Biblia es lo que los hombres hablaron de Dios siendo movidos por el Espíritu Santo. Ninguna palabra de la Escritura proviene de la voluntad del hombre; esto significa:
1. Que los hombres fueron movidos por el Espíritu
2. Que los hombres hablaron de parte de Dios. Según el texto original griego, ser movido por el Espíritu Santo significa ser movidos tal como un barco es empujado por el viento. Los escritores de la Biblia recibieron inspiración de Dios y estaban bajo el poder del Espíritu Santo, siendo movidos y llevados por Él para hablar la palabra de Dios. Por una parte, el Espíritu de Dios movió a los hombres a que hablaran y por otra, lo hicieron desde el interior de Dios.
En 2 de Samuel 23:2 dice: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mi, y su palabra ha estado en mi lengua”. Esto dijo David y esto es la Biblia.
El Antiguo Testamento es lo que Dios habló en los profetas; el Nuevo Testamento es lo que Dios habló en el Hijo por lo tanto todo es el hablar de Dios y todo provino de Él.
Juan 16:13 dice: “Pero cuando venga el Espíritu de realidad, Él os guiará a toda la realidad; porque no hablará por Su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oye y os hará saber las cosas que habrán de venir”. Aquí Dios está adjudicando a Cristo autoridad divina.
Algunos pasajes del Nuevo Testamento son lo que Dios habló en el Señor Jesús, mientras que en otros pasajes son palabras escritas por los apóstoles según les fueron enseñadas por el Espíritu y son tan sagradas como las Escrituras de
Antiguo Testamento. Toda la Biblia se origina en Dios; cada palabra y cada oración, cada jota y cada tilde (Mt. 5:18), todo fue inspirado por Dios.