“Le tengo rabia al silencio, por todo lo que perdí.
Que no se quede callado, quien quiera vivir feliz.”
Atahualpa Yupanqui. “Le tengo rabia al silencio”
Por Juan Felipe Cisneros Sánchez.
17 de mayo de 2017. Estimados lectores, ante la creciente violencia dirigida contra los periodistas en México, resulta necesario recordar lo que el Comité para la Protección de los Periodistas (Committee to Protect Journalists CPJ, por sus siglas en inglés) destacó en su último informe especial, el cual dice:
“…México, uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo, la impunidad endémica permite a los grupos criminales, los funcionarios corruptos y los carteles de la droga silenciar a sus críticos.”
Dicho informe evidencia la incapacidad o complicidad del Estado Mexicano para garantizar la actividad periodística. Botón de muestra son los recientes atentados y crímenes contra periodistas, como el asesinato de Miroslava Breach, de 54 años, corresponsal de La Jornada en Chihuahua, la cual fue asesinada el jueves 23 de marzo cuando llevaba a su hijo a la escuela. Entre otros frentes periodísticos denunció y documentó el vínculo de la política estatal con el narcotráfico, sobre todo en las candidaturas que se presentaron en varios municipios de la Sierra de Chihuahua.
Según los periodistas mexicanos (Felap-México, Fapermex y otras organizaciones), con este asesinato sumaban 264 homicidios cometidos por los enemigos de las libertades de prensa y expresión.
El 3 de mayo, en el contexto del “Día Mundial de la Libertad de Prensa”, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos subrayó, una vez más, la necesidad de que los ataques y delitos cometidos contra periodistas no permanezcan impunes, por lo que requiere a las autoridades competentes para que aceleren las investigaciones que permitan aclarar esos hechos y que los responsables sean sancionados conforme a derecho proceda.
La CNDH registra desde 2005 a esa fecha, 125 homicidios contra periodistas, así como 20 casos de desaparición. La mayoría de estos casos no han sido debidamente aclarados, ni los responsables sancionados. Dicho en otras palabras, son 145 voces silenciadas, voces que la sociedad pierde en el diálogo nacional. Voces que ya no informan, voces críticas enmudecidas, voces de denuncia ciudadana que han quedado cercenadas por la barbarie de la impunidad.
La CNDH señaló que “Los ataques contra periodistas y medios de comunicación vulneran el derecho a la libertad de expresión de quienes sufren los mismos, pero sus efectos trascienden a la sociedad en general, que ve afectados sus derechos a la libertad de pensamiento e información, cuando se restringe su posibilidad de acceso a información veraz y objetiva generada por la actividad periodística”.[1]
Como una supuesta respuesta el 4 de mayo de 2017. El Presidente de la República se comprometió con El Comité para la Protección de los Periodistas a las siguientes recomendaciones:
- Comprometerse públicamente a abordar la impunidad en los delitos contra la libertad de expresión, comprometerse a resolver estos delitos y dar prioridad a la seguridad y la protección de los periodistas en la agenda de su gobierno durante el período restante de su mandato.
- Utilizar las plenas facultades del cargo para asegurar que todos los ciudadanos, entre ellos los integrantes de los medios de comunicación, puedan ejercer el derecho a la libertad de expresión conforme está garantizado en los Artículos 6 y 7 de la Constitución.
- Asegurar que los funcionarios federales encargados del cumplimiento de la ley se hagan cargo con responsabilidad de todos los ataques contra la prensa que ocurran en sus respectivas jurisdicciones y ordenar a los funcionarios federales investigar estos casos exhaustivamente, enjuiciar a los autores y hacer que recaiga sobre ellos todo el peso de la ley.
- Utilizar su influencia para asegurar que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) tenga suficiente autoridad y recursos para aplicar la ley con efectividad.
- Asegurar que el mecanismo de protección proporcione asistencia efectiva a los periodistas en riesgo y fortalezca la prevención para evitar ataques letales.[2]
Sin embargo y para variar, los hechos criminales dan cuenta de todo lo contrario. La omisión y negligencia cómplice de la autoridad que se supone, es la entidad obligada a garantizar las libertades y la vida de los mexicanos, en este caso de los periodistas. Ha dejado en estado de indefensión al gremio. Veamos la lista roja reciente, (retomada de HISPANTV Nexo Latino) de los recientes asesinatos de periodistas en México:
- Carlos Alberto García Martínez, de 41 años, cronista deportivo, locutor y administrador de ventas de Radiorama Colima, fue asesinado el 20 de febrero en el municipio de Tecomán, Colima, junto a su amigo de 18 años Hernán García Carranza
- Cecilio Pineda Birto, de 39 años, director del diario La Voz de la Tierra Caliente y colaborador del periódico El Universal, fue asesinado el 2 marzo, en Ciudad Altamirano, Tierra Caliente, estado Guerrero.
- Ricardo Monlui Cabrera, de 57 años, director de El Político, columnista de los periódicos locales El Sol de Córdoba y el Diario de Xalapa, y presidente de la Asociación de Periodistas y Reporteros Gráficos de Córdoba, fue asesinado a balazos el 19 de marzo, en Yanga, Veracruz, en presencia de su familia.
- Maximino Rodríguez Palacios, de 73 años, reportero de la sección policial del blog Colectivo Pericú de Baja California Sur, fue asesinado a balazos el 14 de abril (viernes santo) en La Paz, tras arribar a un centro comercial en compañía de su esposa minusválida Raquel Romo Medina, quien resultó ilesa.
- Juan José Roldán Ávila, de 36 años, comunicador y activista en favor de los derechos LGBTI, fue asesinado a golpes el 16 de abril en Calpulalpan, Tlaxcala, denunció la Unión de Periodistas de ese estado (UPET). El cadáver fue encontrado con signos de tortura en un predio agrícola.
- Filiberto Álvarez Landeros, de 65 años, periodista y locutor de radio La Señal de Jojutla, fue asesinado por sicarios la noche del 29 de abril en una calle de Tlaquiltenango, Morelos, tras terminar su programa Poemas y Cantares.
- Javier Valdez Cárdenas, de 50 años, galardonado periodista y escritor, corresponsal del diario “La Jornada” y redactor del semanario estadal “Ríodoce”, fue asesinado al mediodía del lunes 15 de mayo en el centro de Culiacán, Sinaloa, a pocos metros de su trabajo.
- Jonathan Rodríguez Córdova, de 26 años, reportero del semanario El Costeño de Autlán, fue abatido a balazos la tarde del lunes 15 de mayo en Autlán de Navarro, estado de Jalisco, mientras se desplazaba en automóvil con su madre, Sonia Córdova Oceguera, subdirectora comercial de la revista donde laboraba el joven asesinado.
También hay que señalar que el 13 de mayo 7 periodistas de medios locales, nacionales e internacionales fueron agredidos por un grupo de hombres armados, en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano, cerca del municipio de Acapetlahuaya. Los periodistas fueron saqueados, humillados, amedrentados y amenazarlos. El estado de Guerrero es una de las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo en México. Uno de los periodistas agredidos fue Pablo Pérez, narró que incluso no pudieron llegar al epicentro de la noticia y que pese a las limitaciones levantaron material para sus reportajes. Mismo que les fue arrebatado por un grupo criminal compuesto por adolescentes y niños, a los cuales, señalo es evidente que se les paga con droga y no con dinero. Agregó que, “No todos estaban armados, pero si unos cuantos…..Me sentí como en el Congo, como una situación fuera de la civilización….pero no, era México”. Quien encabezaba este grupo les dejo claro lo siguiente: “Estamos en guerra y ustedes no son bienvenidos, nadie los invito”.
Esta última frase, sin duda nos da una dimensión de la guerra que no queremos asumir explícitamente en México. Los Gobiernos recientes nos han llevado al callejón obscuro de una Guerra de facto, en la que los periodistas y defensores de los derechos humanos, quedan entre el fuego de unos y otros. Pero no solo estos actores vitales quedan en medio del artero y asesino fuego de violentos delincuentes y violentos “guardianes del orden”; hoy todo ciudadano, sin importar edad, sexo, o condición; estamos expuestos a la violencia y a la muerte. Hay una guerra que quiere imponer odio, terror, silencio, autoritarismo y ocultar complicidades entre lo público y lo privado.
Los crímenes hacia periodistas parecieran actos aislados, pero no lo son. Esto es ya una “limpia de voces incomodas” a los intereses venales de grupos criminales y de funcionarios corruptos, emparentados por la ambición y el odio al género humano.
Ahora están atentando ya no solo contra periodistas de bajo perfil, sino contra los que cuentan con una fuerza de opinión importante en la sociedad. Resulta importante en esta circunstancia no solo ver los árboles, sino ver el bosque. Apreciación que significa que cuando alguien no puede ver un asunto o una situación en su conjunto, es porque está prestando atención a los detalles o solo a los efectos.
De fondo está la contradicción entre la libertad de pensamiento y expresión, que son pilares de una democracia y un Estado de Derecho, contra la opresión, el autoritarismo y el silencio esclavo.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos, ha manifestado, “que es obligación de la autoridad poner fin al círculo perverso que va desde las amenazas hasta el homicidio contra los periodistas, recorrido que pasa por el miedo, la incertidumbre, la duda y en no pocas ocasiones la autocensura, sin olvidar el cierre de medios informativos, el cambio de profesión de periodistas y el autodestierro o movilidad forzada. Para la CNDH, el crimen organizado y el abuso de poder constituyen una realidad que frecuentemente golpea el ejercicio periodístico con el propósito de censurarlo, sumarlo a fines y causas ajenas, así como inhibirlo, reprimirlo o castigarlo”.
Por ello da miedo pensar que México está siendo orillado a una dictadura, pues en la práctica, se está prescindiendo en sustancia, del ordenamiento jurídico y de la legislación vigente para ejercer, sin ningún tipo de oposición, el poder en nuestra nación.
Pero como dijera alguien. “México es tan fuerte, que ni los propios mexicanos han podido vencerlo”.
[1] CNDH. Comunicado de Prensa DGC/136/17 “LA CNDH REITERA LA NECESIDAD DE QUE LOS ATAQUES Y DELITOS COMETIDOS CONTRA PERIODISTAS NO PERMANEZCAN IMPUNES.” Ciudad de México, a 3 de mayo de 2017
[2] Committee to Protect Journalists CPJ, Informe especial sobre México 2017.