Barbie y su Príncipe de cartón.

De: Malú Mateos / revistaelite_slp@hotmail.com /@RevistaEliteMx / brisa_marina_1969@hotmail.com

 

En días recientes fuimos al supermercado una amiga y yo para hacer compras. Caminamos por casi todos los pasillos incluyendo el de los artículos navideños que son mis predilectos, con eso de que se acerca la fecha de regalos para Navidad y Reyes. Y como uno nunca olvida el niño que llevamos dentro, pasamos por el pasillo de los juguetes. Como es de esperarse estaba presente la siempre Barbie. Con emoción me puse a observarla, imaginandola mía.

Ella como siempre hermosa e impecable por estar dentro de la caja, se encontraba muy sentada en el desayunador  al que no le faltaban los utensilios  necesarios de la buena cocina, frente a ella se encontraba sentado el guapísimo Ken sólo que éste,  era de cartón.

Seguí observando el juguete con aquella ilusión de niña cuando se abren los regalos y en un momento, se me vino a la mente que el Ken no era real sino de cartón. No era real para mi, ni para la muñeca. Así que descubrí como la mercadotecnia nos hace creer desde pequeñas que podemos tener a un Principe Azul imaginario.

¿Porqué no vender en la misma caja a Barbie y Ken juntos?

Querer, querer, querer; desear, desear, desear;  pedir, pedir, pedir; comprar, comprar, comprar.

Entre empresarios, publicistas y padres viviendo vanas ilusiones, se nos “educa”  a lo largo de nuestra infancia lo que en realidad tendremos a futuro. Mujeres sentadas, muy bien sentadas creyendo que ese hombre va llegar.

¡Oh! triste realidad es la que vivimos desde niñas y que al ir creciendo esa persona nunca llega,  y si llega, es de cartón,

Las películas de Disney también contribuyeron a nuestra fantasía de tener un Príncipe Azul quien llega a nuestro encuentro, en su corcel blanco forjándose más, esta utopía.

Pero volviendo a la realidad y a la actualidad, las mujeres debemos estar desprovistas de tópicos a la hora de afrontar el amor, algo difícil después de ser condicionadas a tal información desde pequeñas.

Las diferentes relaciones que establezcamos a los largo de nuestra vida nos ayudarán a crecer y madurar y nos servirán para valorar aspectos qué quizá no habíamos tenido en cuenta en nuestras anteriores parejas, de los errores se suelen sacar cosas buenas. Así que hay que probar y probar para saber lo que nos gusta y así quedarnos con lo mejor. Felicitaciones a las que ya tienen a su Príncipe Azul y las que no, sigamos buscando. ¡Sentadas, claro!

 

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