El culto a la tierra en las regiones andinas de América Latina
Dedicado a mi hija, Belén Guadalupe MAMANÍ,
Con el afán de afirmar y difundir nuestra identidad cultural,
herencia de nuestros ancestros
Mg. Víctor Hugo MAMANI
Jujuy-Argentina
Agosto, mes en el cual, Sudamérica Andina honra a la tierra. Cada primero de Agosto, en las profundidades del mundo y cultura andina se rinde homenaje a la gran proveedora, a nuestra Pachamama. Por tradición y costumbre, se celebra en esta fecha, el Día de la Madre Tierra o de Pachamama – diosa Inca de la fertilidad – y se extiende durante prácticamente todo el mes. Pachamama deriva de la unión de la palabra “Pacha” del quechua: espacio-tiempo que significa universo, mundo, lugar; y de “Mama”, madre. Se trata de una fiesta reflexiva, espiritual, de conexión con la tierra, desde lo profundo de nuestro ser y estar en este mundo, agradeciendo y respetando lo que ella nos brinda. “Hay que pasar agosto”, expresa una reflexión popular, pues ello significa haber cumplido un ciclo mas de vida. Agosto viene con vientos fríos y calientes. Vientos que se pelean de vez en cuando, como dice el amigo Urbina, oriundo de la Quebrada de Lozano (Jujuy-Argentina)
Honrar a la tierra es uno de los hábitos más populares en las tradiciones incaicas y andinas. Fiesta ancestral, solemne, instancia vital para agradecer la generosidad y abundancia de la tierra y de los productos que surgen de ella: las cosechas. Momento de pedir perdón, por no cuidarla como merece. Con el paso de los años, esta devoción y su práctica se manifiesta de diferentes modos, con múltiples símbolos y por ende diferentes significados. Lo que no cambia es el principal motivo de dicha celebración: la ofrenda a nuestra madre tierra, que todo lo da, sin pedir nada a cambio. Práctica que se transmite de generación en generación.
En mi Provincia: Jujuy, existe una gran devoción por este tiempo sagrado, donde familias y comunidades planifican y realizan el ritual de agradecimiento a la Pachamama, tiempo de unidad con la “pacha”, de transmisión de prácticas ancestrales a las nuevas generaciones, de fortalecimiento de la identidad y la cultura local, de integración familiar y comunitaria. En la madrugada del 1 de Agosto, para entrar al mes, se bebe caña blanca paraguaya o ginebra con hojas de ruda, con el propósito de protección, “para pasar agosto”. Medicina casera y ancestral para proteger la salud y atraer la buena suerte. Se toman en 3 o 7 sorbos.
Cada familia, o cada comunidad planifican la realización del ritual, invita a parientes y allegados, se procede a cavar un hoyo en algún lugar de la casa o de la comunidad. Lugar que se acostumbra, sea el mismo cada año. Se procede a sahumar el “hoyo”, luego la casa, con incienso, mirra, copal, coba, hierbas aromáticas de la zona. Al costado del “hoyo” se colocan las ofrendas que se brindan a la tierra, bebidas (Chicha, alcohol, vinos) comidas varias, frutas, verduras, granos de los más diversos, que se cultivan y cosechan en cada región. No faltan cigarrillos ni hojas de coca: sacramento andino por excelencia (Allen, 2008)
En todos los casos los rituales son dirigidos por la persona mayor de la familia y de cada comunidad. Con los invitados alrededor del hoyo, el dueño de casa o líder de la comunidad inicia la ceremonia, solicita el permiso a los presentes y a la misma tierra, agradece todo lo brindado, pide perdón por el maltrato cotidiano a la naturaleza, y comienza a dar de beber y comer a la madre tierra. Los invitados en silencio, son testigos espirituales de lo que acontece. Luego son invitados a participar de la ceremonia, y por turnos dan de beber y comer a la madre tierra.
Cuando todos realizan el ritual, se comparte una comida comunitaria. Todos aliviados, reconciliados de alguna manera con la Pachamama, hacen honor a un encuentro humano, conversacional, de fortalecimiento identitario, finalizando y comenzando ciclos, de renovar proyectos y renovarse personalmente. Gran manifestación de fe en su protección cotidiana.
“Agosto de Pachamama
No te caigas Madre Tierra
No te desprendas del cielo
Que no choquen las estrellas ni los planetas entre ellos
Que mantengan equilibrio
Permitiendo de esta forma; el equilibrio humano”
“Y tú, que tienes el poder y el destino de muchos
Cuida el equilibrio del universo
Porque cuando te vuelvas tierra
Seguirás con hambre, seguirás con sed
Y necesitarás que te den comer
Que te den coquita, que te tiren vino
Porque tú, porque tú, también eres Pachamama”[1]
[1] Fragmento del Poema de Fortunato Ramos, reconocido escritor, poeta, músico, recitador costumbrista, maestro rural jujeño.,